Micro radial recordando que Henrique Capriles, quien hoy llama a marchar a los trabajadores el 1 de mayo ofreciéndoles un aumento de sueldo, el año pasado en estas mismas fechas no marchaba porque decía ser “un empleador”. Luego llamó “jalabolas” a los empleados públicos que apoyaban al Comandante Chávez.
Descargue el micro, realizado por Edinson Rivas de nuestro departamento de Producción.
Sería conveniente analizar la tan popular frase de “halar bolas” o “halar mecate”.
Porque… ¿a quién le podría agradar que le dieran un tirón de los testículos? o ¿Cuál mecate podría halarme alguien? No tiene sentido esa connotación.
La historia nos remite al tiempo del “descubrimiento” (la descubrieron quienes no la conocían) de América, 1492. Al mismo tiempo los Reyes Católicos hicieron construir un hospital en Santiago de Compostela, junto a la Catedral, cuyo edificio perdura para disfrute de los turistas que puedan pagar su costoso alojamiento en el hoy “Hostal de los Reyes Católicos”.
El hospital se hizo necesario para alojar a la gran cantidad de pergrinos, leprosos muchos, que recorrían “El Camino de Santiago” la ruta que aún recorren y entonces recorrían los peregrinos procedentes de toda España y de toda Europa para llegar a Santiago de Compostela a buscar un milagro de Santiago, Jacobo, hermano de Jesús de Nazareth, para que les curara la enfermedad.
Tal era el hedor que había en la Catedral, por las heridas supurantes de los leprosos, que se hizo necesario quemar mucho incienso, de modo que se disimulara tan desagradable olor.
De tal modo se hizo construir un inciensario gigante, llamado “Botafumeiro” que pesa 53 kilos –http://es.wikipedia.org/wiki/Botafumeiro– y se hace balancear mediante un sistema de cuerdas (mecates) y poleas –a lo largo de los brazos de la cruz en la planta de la Catedral de Santiago–.
Ese sistema que mueve al Botafumeiro es manejado por una élite de jóvenes conocidos como “tiraboleiros”. Término que tradujimos como “halabolas”, o halamecates.
Es conocido el hecho de que para pertenecer a tan selecto grupo de tiraboleiros, había que estar en muy buena relación con el párroco, y se hizo famoso el dicho de que “Más vale halar mecate a la sombra, que escardilla al sol.
Lo cual no significa que CAPriles se exima de ser un tremendo “jalabolas del imperio” en el más puro lenguaje criollo.