El Ministerio del Poder Popular para la Cultura calificó al comunicado emitido por la Cámara Venezolana de Productores de Largometrajes (Caveprol) como “un intento de manipular”. En el mismo se refieren a una supuesta paralización de las actividades del organismo, a pesar de que en 2010 se estrenaron trece largometrajes hechos en Venezuela (entre ellos La Hora Cero, Venezzia, Hermano, Taita Boves y “Cheila, una casa pa’ maita”). En total, 1.612.781 espectadores compraron boletos para disfrutar del cine venezolano, lo que duplica el histórico de público registrado en las últimas dos décadas.
Texto: AVN, Alba Ciudad y Prensa MPPCEl ministerio de la Cultura también denunció que “buena parte del retraso en esta materia se debe al tiempo perdido como efecto del inaceptable clima de hostilidad e irrespeto que determinado representante gremial, ante el Comité Ejecutivo del Cnac, ha pretendido convertir como norma de su comportamiento y que el Ministerio no va a permitir”. Por lo tanto, el Cnac se reserva el derecho de activar la aplicación de los mecanismos establecidos en la propia Ley de la Cinematografía Nacional, que permitan asegurar el adecuado desenvolvimiento de esa instancia ejecutiva.
Además, el Ministerio aclara que el Fondo de Promoción y Financiamiento del Cine (Fonprocine), creado mediante la Reforma de la Ley de la Cinematografía Nacional, es un mecanismo de financiamiento especial, que obliga a agentes del sector privado a pagar un aporte para impulsar la cinematografía nacional: la formación, la infraestructura, la creación y la producción, la tecnología, la exhibición, entre otras áreas.
Argumenta que el artículo 40 de la Ley de la Cinematografía Nacional autoriza adjudicar recursos de Fonprocine en “el establecimiento, acondicionamiento y mejoramiento de salas de exhibición cinematográficas, de laboratorios de procesamiento y copiado cinematográfico, instalaciones de doblaje, subtitulación, postproducción cinematográfica y los que promuevan el desarrollo de nuevas tecnologías”.
A continuación, el comunicado completo.
Éxitos del cine nacional en 2010
El diario El Aragüeño reconoció, en un artículo publicado el 28 de enero pasado, que 2010 fue un año importante para el cine nacional, con once producciones estrenadas y un total de 1.612.781 espectadores que compraron boletos para disfrutar del cine hecho en casa, lo que según el Cnac duplica el histórico de público registrado en las últimas dos décadas. La racha inició a mediados de año con la llegada a las salas nacionales de “Hermano”, ópera prima de Marcel Rasquin, que ganó el premio de la crítica rusa, el reconocimiento del público y mejor película en el Festival Internacional de Cine de Moscú. La historia, rodada en el barrio La Dolorita de Petare, también brilló en el Festival de Cine Latino de Los Ángeles, así como los de Huelva y La Habana. A esta, le siguió “Habana Eva” la refrescante historia dirigida por Fina Torres, que se llevó el premio como mejor película en el Festival de Cine Latino de Los Ángeles. Sin embargo fue con “La Hora Cero”, ópera prima de Diego Velásco que, según las cifras que aporta el Departamento de Estadísticas del CNAC (Cnac) se impuso una nueva marca en la recaudación de una película nacional, al obtener más de 12 millones 229 mil bolívares fuertes en taquilla, destronando así a Secuestro Express (Jonathan Jakubowicz, 2005), que hasta 2009 fue la película venezolana más taquillera. Lo que dejó el 2010 Adicional a las tres más aplaudidas, el año pasado destacó también “Venezzia”, dirigida por Haik Gazarian y cuyo presupuesto, según estiman los conocedores, superó el millón de dólares y acumuló un buen grupo de reconocimientos. Aunque fue producida en 2009, Venezzia se vio con éxito el primer trimestre del año pasado. Asimismo, se vio en la salas, “Cheila, una casa pa’ maita” de Eduardo Barberena que en la edición 2009 del Festival del Cine Venezolano se llevó la mayor cantidad de premios: Mejor película, mejor actriz principal y de reparto, guión y dirección y premio del público. También recibieron buenas críticas “Las caras del diablo” de Carlos Malavé; “9 Meses” de Miguel Perelló y la producción dirigida por Luis Alberto Lamata que se tituló “Taita Boves”. Para 2011 Se prevé que en 2011 se estrenen al menos unos 15 títulos nacionales:
(*) Ópera prima del director |
COMUNICADO DEL MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA EN RESPUESTA A CAVEPROL
ANTE LA MENTIRA Y LA MANIPULACIÓN
El Ministerio del Poder Popular para la Cultura ante un comunicado emitido por la Cámara Venezolana de Productores de Largometrajes (CAVEPROL) en el que se incurre descaradamente en la mentira, las medias verdades y el uso interesado de la verdad con relación a la actividad cinematográfica nacional, tiene el deber de salir al paso de lo que parece ser un intento de manipular con fines oscuros lo que todo el país reconoce como un rampante éxito de las políticas públicas del Estado venezolano y del Gobierno bolivariano en materia de impulso a la cinematografía nacional.
En momentos cuando se viene produciendo en nuestro país un número sumamente importante de películas que cada vez más encuentran más y mejor acogida en el público asistente a las salas de cine, la mencionada Cámara gremial alude a una supuesta “virtual paralización de las actividades de fomento a la producción por parte del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC”, una gigantesca mentira fabricada con el avieso propósito de confundir al pueblo venezolano, por parte de un diminuto cogollo integrado por una docena de voces con legitimidad bastante discutible como para hablar en nombre de los intereses generales del pueblo venezolano en materia cinematográfica.
La verdad, esa que elude CAVEPROL y con la cual juega, es que invariablemente cada año el CNAC ha venido otorgando recursos a numerosos proyectos cinematográficos a partir de los resultados de las convocatorias de financiamiento anual y se encuentra al día con esa obligación.
Así, para referirnos a la más reciente, la que corresponde al ejercicio presupuestario 2010, el CNAC ha suscrito la práctica totalidad de los contratos de financiamiento con los ganadores en el concurso de ese año 2010, cuya fecha de inicio de recepción de proyectos fue de finales del año 2009 y cuyo proceso de gestión para la obtención de los beneficiarios fue adecuada y oportunamente desarrollada por el CNAC, a través de su actual administración. Son esos proyectos los que actualmente están en fase de rodaje, algunos ya se han rodado y otros ya tienen fechas fijadas para sus filmaciones, de modo que no se comprende el uso que hace CAVEPROL de “parálisis del CNAC” frente a una realidad con la que contrasta abiertamente.
Otra cosa bien distinta es que respecto al ejercicio presupuestario 2011 -y se está apenas en el mes de febrero- no se haya hecho aún la convocatoria a nuevos proyectos para este año. Tal hecho se explica por la necesidad de acometer ajustes importantes en la reglamentación interna que regula el financiamiento cinematográfico, solicitadas precisamente por los representantes gremiales, de modo que CAVEPROL conoce perfectamente esta situación y mal puede recurrir al chantaje y la presión indebida para acelerar procesos que requieren su cumplimentación y que además forma parte de las agendas de trabajo del Comité Ejecutivo del CNAC.
Por otra parte, bien sabe CAVEPROL que buena parte del supuesto retraso en esta materia se debe al tiempo perdido como efecto del inaceptable clima de hostilidad e irrespeto que determinado representante gremial ante el Comité Ejecutivo del CNAC ha pretendido convertir como norma de su comportamiento y que el Ministerio no va a permitir, por lo que se reserva el derecho de activar la aplicación de los mecanismos establecidos en la propia Ley de la Cinematografía Nacional que permitan asegurar el adecuado desenvolvimiento de esa instancia ejecutiva.
Si algo signa el comunicado de CAVEPROL es su lamentable intento de ganar indulgencia con escapulario ajeno al presentarse como artífice de los positivos resultados que hoy día arroja nuestra cinematografía, realidad innegable que es producto de la decisión tomada por el Gobierno Bolivariano hace una década de convertir al cine en política de Estado, dotándolo para ello de los recursos más grandes jamás invertidos por la Cuarta República, de las infraestructuras y equipamiento tecnológico a que siempre aspiraron nuestros creadores cinematográficos y nunca tuvieron por el desprecio que del cine nacional observaron los gobiernos anteriores.
Los buenos resultados de la cinematografía criolla son consecuencia directa de la ostensible y amplia mejora de las condiciones generales y particulares para hacer cine en el país que fueron y han sido promovidas por el Gobierno Bolivariano y que han permitido que nuevos y numerosos realizadores, que por cierto poco o nada tienen que ver con CAVEPROL, se hayan incorporado con mucha fuerza en el escenario de la creación audiovisual venezolana y que hoy por hoy con su talento y esfuerzo son los verdaderos impulsores de un renacer del cine nacional; todo ello sin dejar de darse apoyo a los creadores cinematográficos con reconocida trayectoria en nuestro cine y a las generaciones intermedias.
Conviene aclarar también que FONPROCINE, el Fondo creado mediante la Reforma de la Ley de la Cinematografía Nacional, no es el resultado de la concesión graciosa, generosa o voluntaria de los distintos agentes del sector privado respecto a la cinematografía nacional, sino la concreción de una decisión de Estado que mediante coincidencia del Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo permitió dotar a los venezolanos y venezolanas de un mecanismo de financiamiento especial, que obliga a tales agentes privados a pagar un aporte para alimentar un fondo al servicio del pueblo venezolano, para que éste pueda tener los recursos necesarios para impulsar la cinematografía nacional en todas sus vertientes: la formación, la infraestructura, la creación y la producción, la tecnología, la exhibición, entre otras áreas.
Para que tal cosa ocurriese, para que ese Fondo se constituyera, para que la Ley se aprobase, el Gobierno Bolivariano aceptó que se crease ese régimen especial del que goza el CNAC. Somos respetuosos del mismo y la propia Ley dispone claramente el uso que de él ha de hacerse.
Miente CAVEPROL cuando afirma que se pretenda financiar a otros entes de la Plataforma del Cine y los Medios Audiovisuales de este Ministerio con recursos provenientes de FONPROCINE. Se trata de una diabólica manipulación de la verdad.
Ni nunca se ha hecho ni está planteado hacerse. Cada uno de los institutos y fundaciones que integran la Plataforma del Cine y los Medios Audiovisuales y en general los más de 40 entes adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Cultura tienen su propio presupuesto asignado por Ley.
Lo que sí es cierto y no obstante CAVEPROL no menciona, es que como parte de una Política de Estado, el Gobierno Bolivariano a través de nuestro Ministerio está empeñado en lograr que en Venezuela pueda ser posible que la cadena de producción cinematográfica sea completamente realizada en el país y no como hasta ahora, que aún deben hacerse determinados procesos en el exterior, con la consiguiente fuga de divisas y desaprovechamiento del talento humano nacional.
Para lograr el cometido propuesto, con el cual todos los venezolanos deberíamos estar de acuerdo y arrimar el hombro, es imprescindible hacer inversiones en infraestructura y tecnología, cuyas bases fundamentales están en la extraordinaria dotación de la Villa del Cine pero requieren ser ampliadas, de modo que puedan ser adecuadas y suficientes para servir a toda la cinematografía venezolana.
Eso que falsa y malamente CAVEPROL califica como un intento de “financiar a otros entes de la Plataforma” con dineros provenientes de FONPROCINE no es sino la recta aplicación del artículo 40 de la Ley de la Cinematografía Nacional, que en efecto establece los destinos autorizados para adjudicar recursos de FONPROCINE en áreas específicas de la industria y entre ellas figura claramente el “establecimiento, acondicionamiento y mejoramiento de salas de exhibición cinematográficas, de laboratorios de procesamiento y copiado cinematográfico, instalaciones de doblaje, sub-titulación, post-producción cinematográfica y los que promuevan el desarrollo de nuevas tecnologías”.
Aclarada la base legal incuestionable que autoriza la inversión de recursos de FONPROCINE en las áreas aludidas, cabe preguntarse si es que acaso a esa Cámara gremial le parece que buscar el desarrollo cinematográfico nacional mediante una dotación tecnológica que nos dé a los venezolanos autonomía en los procesos de producción de nuestro cine merezca las falsas acusaciones que CAVEPROL ha urdido.
En lugar de mentir y manipular, convendría que esa Cámara gremial además de hablar de dinero como único tópico de sus inquietudes, fuese capaz de producir una sola idea que contribuya a abonar el camino para que nuestra cinematografía sea cada vez más próspera, más dinámica, más enraizada con su pueblo y cada vez más conectada con él.
No queremos dejar de mencionar que desde hace meses el Ministerio del Poder Popular para la Cultura viene trabajando en la reglamentación de la Ley de la Cinematografía Nacional, tal como es su competencia y próximamente hará una consulta pública nacional respecto al texto a ser propuesto, de manera que todo aquel ciudadano o ciudadana que desee aportar sus ideas y puntos de vista lo haga abiertamente.
Finalmente, hacemos un llamado responsable al pueblo venezolano a no dejarse manipular por cúpulas gremiales que poco representan al universo cinematográfico nacional y que muchas veces responden descaradamente a sus propios intereses de grupo por encima de los de la colectividad.