Existe la creencia de ver la inteligencia artificial como un concepto novedoso y contemporáneo, pero su origen se viene materializando desde hace siglos. Desde tiempos romanos, pasando por la creación de la imprenta y el legado de Karl Marx, todo se conecta. Esta analogía la explicó el viceministro de Fomento para la Economía Cultural, Raúl Cazal, durante la 33° Feria Internacional del Libro de La Habana.
Prensa MPPC (Texto: Manuel Rodríguez / Foto: Roiner Ross)
“El libro y la lectura en tiempos de inteligencia artificial” se llamó la conferencia en la que explicó cómo la inteligencia artificial nace –en gran parte– gracias al proceso de alfabetización digital. Y, esa alfabetización digital ha sido posible gracias al cúmulo de conocimientos que los seres humanos han imprimido en libros durante siglos.
“Noam Chomsky dijo recientemente que ChatGPT –una de las aplicaciones comerciales de inteligencia artificial, desarrollada por la empresa OpenAI– es una tecnología avanzada de plagio, porque hoy los algoritmos han logrado un nivel de sofisticación que aglutinan millones de ideas, frases y argumentos y los vuelcan en un texto sin necesidad de decir de quiénes son”, precisó Cazal.
Pero, ¿cómo es posible que hagan eso? Porque todo está digitalizado y disponible en Internet para las empresas de algoritmos. “Aunque pareciera nuevo, ya en el siglo IV el estadista romano Símaco advertía al poeta Ausonio que “una vez que se ha publicado un discurso, le pertenece a todo el mundo”.
El detalle –explicó Cazal– es que en aquella época el conocimiento no se esparcía tan rápido. Esto fue cambiando a partir del siglo XV con la aparición de la imprenta de Gutenberg y paulatinamente se fue mecanizando en distintos tipos de textos escritos.
Incluso, ese concepto lo abordó Karl Marx en el Tomo 1, Capítulo 13 de su obra El Capital, refiriéndose a la mecanización de la producción. “Marx siempre estuvo atento al tema de la mecanización, de todo lo que acelerara la producción. Hoy tenemos una aceleración vertiginosa del conocimiento, porque la gente se ha volcado a poner sus conocimientos en Internet”, expresó.
“Entonces, no olvidemos que hoy tenemos inteligencia artificial gracias a la escritura y la lectura. Si durante siglos no hubiéramos volcado nuestros conocimientos en textos y libros, no habríamos podido crearla ni tampoco estaría al alcance de todos”, detalló.
No es un acto de magia
Cazal lamenta que muchos vean la inteligencia artificial como un acto mágico, ya que son los seres humanos y su conocimiento quienes crean estos programas informáticos. “No tiene nada de magia. Todo tiene que ver con una cantidad de operaciones matemáticas, lógicas y de razonamiento que agrupan conceptos, argumentos e identidades previamente escritos y digitalizados por nosotros, los hombres y mujeres”.
Sin embargo, advirtió también que estas empresas de algoritmos se basan en conceptos que reproducen el pensamiento hegemónico de la época, el ideario de las élites económicas. Por eso, invitó a trabajar desde la izquierda en el aprovechamiento de esta herramienta que busca contrarrestar el pensamiento liberador y socialista.
“No podemos negarnos a los cambios, debemos trabajar y lograr un mayor bienestar para la humanidad. Sin embargo, en este proceso la lectura debe ser parte del debate, porque las grandes ideas no llegan mágicamente, están enlazadas con el todo el conocimiento que hemos recogido en nuestras vidas”, puntualizó.
Por último, Cazal enfatizó que quienes quieran plagiar, pueden utilizar la inteligencia artificial sin sentido crítico, pero las ideas expresadas no serán producto “de la creatividad y de la experiencia que nos puede dar la vida, observarla y entenderla, para dar una explicación de qué estamos viviendo, cómo y para qué”.
La 33° Feria Internacional del Libro de La Habana tiene a la República de Sudáfrica como invitado de honor y su temática es “Todo un país en libros”, en atención al aniversario 25 de la creación del Sistema de Ediciones Territoriales, y se dedica al 130 Aniversario de la Caída en Combate del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.