Este sábado 27 de agosto se conoció del sensible deceso de Mario Sanoja, importantísimo antropólogo venezolano y esposo de la también antropóloga y docente Iraida Vargas. Fue licenciado en Etnología por la Universidad de La Sorbona y doctor en Antropología por la Universidad Central de Venezuela, colaborador del Smithsonian Institution, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia desde 1985 y Premio Nacional de Cultura en 2004.
Texto: Alba Ciudad y La Iguana
Diferentes figuras del mundo cultural expresaron sus condolencias a familiares y amigos.
- El ministro de comunicación de Venezuela, Freddy Ñáñez, señaló en su cuenta Twitter: “Nos toca despedir a Mario Sanoja y resulta imposible. Un sabio, un hombre comprometido con las luchas sociales, un alma descolonizada que se dio entera a la tarea de educar, de despertar a otros, de cambiar el ‘logos’. Porque fue un auténtico filósofo y su trabajo fue la inmortalidad de las ideas, es contradictorio decirle adiós. Hasta cada rato Mario Sanoja, amigo nuestro. Mis condolencias para Iraida y sus hijos”.
- “Padre de la arqueología social latinoamericana, antropólogo revolucionario, científico social comprometido. Vivió 88 años, 60 junto a su amada Iraida –a quien ahora toca rodear de consuelo– 70 libros, cronista de Caracas y formador de generaciones. ¡Honor y gloria a Mario Sanoja!”, escribió el ministro venezolano para la Cultura, Ernesto Villegas.
- “Más de 6 décadas de aportes a la teoría y la práctica de la historia, la antropología, la arqueología y el pensamiento latinoamericano en general deja Mario Sanoja. Un grande, creador de escuela y maestro de generaciones”, escribió Manuel Azuaje en su cuenta Twitter.
- Marialcira Matute, periodista venezolana, lo recordó: “Se nos fue Mario Sanoja. Nos queda su amor por la vida, su ejemplo de verticalidad, su unión de siempre con Iraida Vargas. Lo recordamos siempre trabajando, siempre aportando y generoso con sus conocimientos, en esta entrevista que nos concedieron en 2017“.
- La periodista Érika Ortega Sanoja escribió: “Mi amor infinito para la profesora Iraida Vargas tras el sensible fallecimiento de su compañero, el gran antropólogo venezolano Mario Sanoja, uno de los más brillantes pensadores de todos los tiempos. Que todas las luces que nos dejó le acompañen en este nuevo camino”.
- Desde la cuenta oficial del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) se escribió lo siguiente: “No hay adiós cuando lo que se siente es agradecimiento y amor por uno de los seres más importantes de la antropología venezolana. El gran profe Mario Sanoja hoy nos demuestra -una vez más- su capacidad indisoluble entre nosotros y sobre todo con el IPC. Al lado de Iraida Vargas (abrazo solidario), aportó a la investigación y enseñanza de las Ciencias Sociales, sobre todo al rescate de la historia y la memoria del patrimonio. ‘La transformación cultural es el mayor desafío para la revolución bolivariana’ ¡Paz a su alma!”.
El siguiente es un artículo escrito por el periodista Clodovaldo Hernández para el medio digital La Iguana, basado a su vez en una entrevista que hizo a Mario Sanoja para CiudadCCS:
Uno de los más intensos empeños de Mario Sanoja Obediente en tiempos recientes era crear un museo para la ciudad, pero, según advertía, «que no sea un depósito de cachivaches, sino un lugar para la participación y el intercambio de saberes».
La pandemia obstaculizó la marcha del proyecto que este pastoreño nacido en 1934 planteó en su carácter de Cronista Oficial de Caracas, una función que estaba desempeñando desde 2019.
No le alcanzó el tiempo a Sanoja, licenciado en Etnología por la Universidad de La Sorbona y doctor en Antropología por la Universidad Central de Venezuela, casa de estudios de la que fue profesor titular.
Credenciales para echar las bases del museo le sobraban a quien fuera colaborador del Smithsonian Institution, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia desde 1985 y Premio Nacional de Cultura en 2004. Además, junto a su esposa, Iraida Vargas, desarrolló algunos de los más importantes trabajos de excavación arqueológica en el casco urbano de Caracas.
El profesor Sanoja ha fallecido, dejando un inconmensurable legado en todos sus campos de acción y en líneas de investigación de historia, economía, etnografía, manifestaciones culturales y geopolítica. En este último renglón destacan sus reflexiones sobre las relaciones de Venezuela con Colombia. En términos bibliográficos deja una huella de más de 70 libros y seguramente algunas obras inéditas que saldrán a la luz de manera póstuma.
Siempre en la actualidad
Sanoja era un intelectual orgánico, en el sentido gramsciano de la palabra, y como tal se esforzaba por no perder el contacto con la actualidad. En 2020 concedió una entrevista a Ciudad Ccs, en la que ofreció sus puntos de vista sobre los cambios que estaban produciéndose y los que sobrevendrían tras el control de la pandemia. Esos criterios mantienen hoy perfecta vigencia.
Dijo en esa oportunidad:
«Es una situación peligrosa pero muy interesante. Hay que pensar los mecanismos de restauración de un orden social, que será diferente en muchos sentidos. No sé hasta qué punto en Venezuela se esté haciendo una reflexión seria sobre qué hay que hacer y qué hay que cambiar para crear una nueva normalidad. Si no pensamos en eso de manera sistemática, estaremos jugando de forma muy simple, esperando a ver qué pasa. Aquí no podemos sentarnos a esperar a ver qué pasa, sino prevenir y actuar en consecuencia».
Sobre las grandes alteraciones del orden mundial que estaba generando la pandemia, expresó, con erudición histórica:
«Este tipo de eventos han ocurrido en otras épocas de la humanidad. Algunas veces han ocurrido de manera coordinada con grandes cambios históricos. Por ejemplo, a finales del siglo XV se dio la peste bubónica, que afectó fundamentalmente a Europa occidental, causó una mortandad terrible en la sociedad de aquella época y fue esa enfermedad masiva lo que antecedió al fin de la Edad Media. Ocurrió cuando Europa hizo contacto con Asia, y el intercambio comercial, a través de barcos que iban y venían, significó también el contacto de las ratas que trasmitían la peste. Las ratas asiáticas contagiaron a las ratas europeas y también a los seres humanos. Suena cómico, pero fue la causa de una gran tragedia. Se dio en el contexto de los cambios que llevaron finalmente al mercantilismo y al capitalismo. Entonces, debemos tener en cuenta ese carácter de signos premonitorios que tienen estos fenómenos respecto a otros cambios. En este momento hay una crisis mundial del sistema capitalista y, al mismo tiempo, una pandemia, una afectación total de la salud a escala global».
Respecto a los efectos que la crisis sanitaria podría tener en el sistema capitalista mundial, dijo:
«El hecho de que surja una enfermedad no significa automáticamente que venga un cambio de esa envergadura. No es que sea una cuestión mecánica, pero hay que estar alertas sobre lo que significa esta pandemia en términos sociales, culturales y económicos. Uno de los aspectos que se observa a nivel general es la afectación de la pandemia sobre la fuerza de trabajo. Mucha gente ya no puede trabajar como antes, no tiene los mismos ingresos y esta situación se agudiza en las sociedades capitalistas neoliberales que han eliminado prácticamente la función del Estado en distintos aspectos de la vida, particularmente el de la salud pública. En países como Estados Unidos, Brasil o Colombia la incidencia de la pandemia en la vida económica y social es terrible. Hay un aumento notable de la pobreza en EEUU a niveles insospechados. En cambio, en países como Venezuela, Cuba, Nicaragua, China y hasta Rusia, donde el Estado ha conservado espacios y practica una política social en materia de salud pública, con grandes inversiones en ese campo, ha habido mejores resultados. Son los países que muestran mejor desempeño, tienen menos incidencia del malestar social y económico imputable a la pandemia. En Venezuela, por ejemplo, la plataforma Patria es un gran inventario de la población, de sus características socioeconómicas y de salud. Parecía que no tenía importancia, pero en este tiempo ha sido fundamental para que el Estado focalice sus esfuerzos en las personas de mayor riesgo. No se habla mucho de esto, pero es importante porque permite dirigir el trabajo de la salud pública en forma más orgánica, en lugar de estar al arbitrio se la contingencia, como pasa en EEUU o Brasil».
Interrogado sobre la forma como las grandes corporaciones se adaptaron para hacer de la pandemia un jugoso negocio, comentó:
«Eso es evidente. Las grandes corporaciones hacen dinero con cualquier cosa y la pandemia no es la excepción. Pero el cambio que se está dando en el nivel de las relaciones sociales es profundo. Esas élites van a encontrar la fórmula para seguir enriqueciéndose, pero es la masa sin trabajo, sin ingresos, la que le dará la orientación definitiva a los procesos que deriven de esta situación. La única forma en que podría ponerse freno a un gran cambio histórico es por la fuerza, instaurando regímenes represivos que aplasten los movimientos sociales mayoritarios. Hay señales de eso, como las masivas protestas en EEUU que ha puesto en evidencia el carácter represivo de esa sociedad. Allí se está forjando una auténtica rebelión social en distintas ciudades, y no solamente de negros, también hay latinos y blancos pobres y de clase media. Son sectores que probablemente sentían este problema, pero no habían llegado a internalizarlo. Esta coyuntura de la pandemia desencadenó la rebeldía. Mucha gente ya no está dispuesta a calarse la desigualdad y el racismo».
El notable antropólogo dio su punto de vista acerca de cómo sería la nueva normalidad pospandémica.
«La nueva normalidad va a estar caracterizada, creo yo, por una manera de vivir más individual que la anterior. Lo social tiene que transformarse para dar origen a formas nuevas, con mucho menos contacto personal. Hay que pensar los mecanismos de restauración de un orden social, que será diferente en muchos sentidos. No sé hasta qué punto en Venezuela se esté haciendo una reflexión seria sobre qué hay que hacer y qué hay que cambiar para crear una nueva normalidad. Si no pensamos en eso de manera sistemática, estaremos jugando de forma muy simple, esperando a ver qué pasa. Aquí no podemos sentarnos a esperar a ver qué pasa, sino prevenir y actuar en consecuencia”.
Sanoja analizó la forma cómo estaba respondiendo Venezuela al enfrentar simultáneamente la pandemia, el bloqueo de EEUU, las medidas coercitivas unilaterales, el robo de activos y de empresas en el exterior. Recalcó:
«Lo que estamos haciendo es sumamente heroico. La parte alentadora es que esta situación es negativa para la normalidad anterior, pero puede ser positiva para el nacimiento de una nueva normalidad. Estamos viviendo una experiencia terrible, sumamente dura. Sin embargo, la gente ha mantenido el orden y la calma a pesar de las dificultades. Es una situación peligrosa pero muy interesante».