Las derrotas de los pueblos se pagan con un costo de muchas vidas o el sufrimiento de generaciones por largo tiempo.
Por Fernando E. Rivero O. (@friveroosuna)
En política ciertamente no hay derrotas ni victorias definitivas. Pero:
- Ejemplos. La derrota de la Comuna de Paris, la desaparición de la Gran Colombia, el Golpe de Estado contra Salvador Allende o el desenlace de la Revolución Mexicana, por nombrar solamente unos casos, aconsejan resistir porque una victoria o una derrota estratégica determina ciclos históricos. Las derrotas de los pueblos se pagan con un costo de muchas vidas o el sufrimiento de generaciones por largo tiempo.
- Nicaragua 1990. Proeza democrática del FSLN. Daniel Ortega entrega el poder. Quizás sin Venezuela no hubiese sido posible el pronto renacimiento de la Nicaragua Sandinista. El sufrimiento del pueblo de Sandino desde 1990 hasta 2007 hace aconsejable resistir hasta las últimas consecuencias. En Venezuela el fascismo impone la lucha como un imperativo para sobrevivencia de los chavistas.
- No queremos la Guerra. Pero tampoco padecer la política neoliberal impuesta sobre el exterminio de millones. Por cierto, no serán solamente aniquilados los chavistas.
- Democracia. Un pueblo sometido a un ataque sistemático, en inferioridad de condiciones, un país donde convergen la utilización de modernas técnicas de comunicación política, enfrentado a potencias que manejan los hilos del poder global, no puede afrontar desafíos emancipatorios desde las premisas de la democracia liberal. Sin igualdad de condiciones, bajo una Guerrra No Convencional, no hay democracia real posible.
- Lo ético-político. Estamos contra las cúpulas podridas de cualquier signo. A favor de los anhelos de justicia social de las mayorías. Nunca a favor del imperialismo. El chavista no sufre de amnesia histórica y rechaza todo pacto de élites.
- El Fascismo. La agenda de la derecha no es cambiar al gobierno. Es aniquilar al Chavismo y extirpar por la fuerza el proyecto de transformación radical del continente. La Revolución sobrevivirá desde la savia del Comandante Chávez. Siempre junto al pueblo. Repolarizando para unir a los humildes. Relanzando el proyecto de cambio radical. Ahora, esto pasa por no dejar hoy que exterminen al chavismo.
- El chavista es crítico por excelencia. La crítica es necesaria pero no puede llevar a atentar contra los intereses nacionales. No es chavista quien se alinea con la Casa Blanca consciente o inconscientemente, directamente o mediante terceros.
- Chavismo. El Chavismo no se restringue al Gobierno Bolivariano o la dirigencia nacional del PSUV. El Chavismo es un sentimiento colectivo de justicia social, un anhelo subversivo de igualdad, una demanda compartida de redención de los humildes, sentido de Patria, dignidad militante encarnada en millones. Una apuesta histórica de transformación radical que pervive difusa en cada barrio, caserío, en los corazones de la gente noble de esta tierra.
- Bolívar. El Libertador tanto en el Manifiesto de Cartagena como en el Manifiesto de Carupano examinó las derrotas de la Primera y de la Segunda República, respectivamente. Esgrimió críticas en su balance histórico. Pese a los dolores propios de la lucha no convocó a la entrega de la Patria. Nunca se rindió. Asumió reponsabilidades, delineó nuevos caminos y acometió con éxito la empresa libertaria de medio continente.
- El militante. Si Chávez estuviera militando en un Consejo Comunal, la Universidad, en la fábrica o el campo, tendría críticas al Gobierno e igual diría citando a Bolívar: “Vacilar es Perdernos”.