Martica Pinto: El canto de la Estrella de Oriente es el eco de la cultura sucrense

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La tradición familiar y la superación personal han signado la trayectoria de Martica Pinto, conocida como la Estrella de Oriente o la Estrella de Cumaná, quien difunde con su peculiar voz y sus décimas el sentir cotidiano de su tierra natal y sus vivencias.

Texto: AVN

Esta galeronista, nacida en Periquito del Campo, en las afueras de Cumaná, el 30 de enero de 1931, recuerda que su pasión por el galerón fue la herencia que le dejó su madre, María Saturnina Pinto, quien trabajaba como aseadora de casas y vendedora de empanadas.

“Mi mamá salía de las casas de familia donde trabajaba y se iba conmigo a las cruces a preparar empanadas. En esos Velorios de Cruz de Mayo llegaba un momento en el que de repente me decía ‘Espérate aquí, que voy a cantar una cruz’ y se montaba a cantar para después seguir haciendo las empanadas. Yo nunca pensé que lo de mi mamá se me iba a pasar a mí”, relató la cultora.

Y es que comenzó a cantar para pagarle un milagro a la Cruz de Mayo, a la que le debe –en sus palabras- el haberle “arreglado” un pie que le dolía a rabiar y que no tenía otra cura que una operación.

“Yo le pedía y pedía, y pedía… y el milagro llegó. El día que me iban a operar me fui a parar de la cama y me golpeé el pie, y por eso no lo pudieron hacer. Pasaron los días, el pie se arregló y se me quitó el dolor. Inmediatamente pensé en que la Cruz de Mayo había escuchado mi plegaria y desde allí aprendí a cantar galerón, y con mi fe empecé a participar en cuanta Cruz de Mayo organizaban”, contó.

Martica, como le comenzaron a llamar familiares y amigos, canta galerones desde los 17 años de vida y empezó a escribir décimas hace 14 años, gracias a su paso por la Misión Robinson. “Yo garabateaba mi nombre, pero no sabía nada de escribir un galerón ni mucho menos. Ahora todo el tiempo estoy escribiendo galerones para el pueblo, para la Cruz de Mayo, para mí misma y para Cumaná, cuando viene su cumpleaños, en noviembre”, indicó.

Martica Pinto -viuda; madre de 11 hijos, uno de ellos fallecido; abuela de 37 nietos y bisabuela de 30 bisnietos- sostiene que su pasión por la cultura ha encontrado asidero en uno de sus nietos, quien cuenta con 11 años de edad.

Espacios de reconocimiento

La Estrella de Oriente, quien en su juventud aseó casas, armó tabacos para procurarse el sustento y trabajó en la elaboración de piezas de cerámica, hizo su primera presentación “a lo grande” el 27 de mayo de 2012, en un acto promovido por el Centro de la Diversidad Cultural en honor a la Cruz de Mayo, donde logró arrancar ovaciones con unas décimas dedicadas al comandante Hugo Chávez Frías.

“Yo canté emocionadísima en Los Próceres (Caracas) porque yo había soñado como cuatro veces que le cantaba a Chávez”, cuenta la galeronista, reconocida por la comunidad cultural del oriente venezolano.

En el escenario musical ha compartido aplausos con cultores sucrenses como Francisco Canales, “El Tucusito”; Oscar Marín, “El Gavilán”; José Cortez, “El Pollo de Cariaco”; Hernán Marín, entre otros, quienes han cantado los galerones y décimas de Martica acompañados por los músicos Alfonzo Moreno (cuatro), Raúl Salmerón (maracas), Remigio “Morocho” Fuentes (mandolina) y Manuel Sánchez (bajo).

En 2015, durante la celebración de los 500 años de fundación de Cumaná, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura le rindió un homenaje en la Décima Primera Feria Internacional del Libro (Filven).

También en su honor, el Gabinete de Cultura del estado Sucre y el Circuito de Comunicación Cayaurima RTV la incluyeron en la primera muestra de la producción audiovisual “Cultoras y cultores de Sucre”, en la que visibilizan las tradiciones autóctonas y culturales de la entidad a través de las vivencias de sus propios protagonistas.

Sus méritos, su gracia, su jocosidad, su amable personalidad, su manera tan particular de asumir la vida y los retos que ella plantea, hacen de Martica Pinto una figura que identifica y enorgullece a los sucrenses.

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