Inmerso en el perfil de mostrar propuestas contemporáneas que sensibilicen a la comunidad hacia el hecho artístico, el Museo de Arte Contemporáneo inaugurará la exposición Hermann Mejía. Obra reciente, este domingo 11 de septiembre, a las 11: am, en la Sala 6 del MAC, ubicado en la Zona Cultural de Parque Central de Caracas.
Texto: FMN
En esta exposición el público podrá admirar el trabajo plástico de Mejía, creador venezolano radicado en Nueva York, Estados Unidos, quien nos presenta diversas obras en acrílico, óleo y acuarela realizadas entre los años 2012 al 2016, piezas de gran y mediano formato así como trabajos sobre papel y videos.
Los visitantes en esta exposición podrán estar inmersos en el universo particular de este artista, quien explora en su discurso diversos elementos y escenas que traducen una iconografía particular. Siendo que en sus exploraciones conceptuales y formales, plantea una serie de creaciones plásticas basadas, a su juicio, en «(…) juegos perceptivos donde lo aparente, lo constante, sonoro y espacio-temporal se trastocan”.
A juicio de Mejía, “Se pone en duda aquello que informan los sentidos y se dinamiza la contemplación”. Por lo cual su propuesta, “induce al espectador a ir más allá de las convenciones: a permitirse ser sorprendido por una línea que se dibuja a sí misma; a ordenar una composición dinámica con un solo ritmo visual; a dejarse envolver en una experiencia que lo transporte a otro ambiente; a traspasar los límites físicos y temporales de la imagen representada”.
Zuleiva Vivas, presidenta del Consejo Internacional de Museos, capítulo Venezuela, a cargo de la curaduría de esta exposición indica que Mejía es un artista “dedicado por completo a su taller, quien se mueve de forma casi imperceptible entre la pintura y la forma representada, entre la figuración y la abstracción total”. Agrega que en su expresión “se percibe honestidad frente a la tela así como en el ímpetu su reconocimiento a aquellos artistas que tanto admira (Francis Bacon, Lucien Freud, Adrian Gheni)”.
Vivas añade que la manera como Mejía “ha asimilado referencias históricas y contemporáneas, nos deja ver que en su distintivo enfoque libre de ironías, no queda sometido por fantasías edípicas ni eclipsado por la ansiedad de las influencias. Al modo expresionista, reconstruye la realidad mediante la simultaneidad de volúmenes y formas vistas desde distintos ángulos en el lienzo. Desde allí comienza a componer una suerte de remolinos donde se ocultan aves, perros muertos, conejos, sillas de sala de espera, o fragmentos de personajes que resultan difíciles de captar a la cámara digital o al espectador desprevenido. Se trata de una especie de tempestad de formas coloridas que retan al ojo que intente armar el desbocado rompecabezas que se ha desatado sobre la tela.”