Luego de paseos patrimoniales y diversión, alrededor de 100 niñas y niños, culminaron al son de tambores, cuatro, maracas y música llanera el Plan Vacacional “Diversiones Patrimoniales 2” del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) a través del Proyecto Pedagógico y la Ludoteca Comunitaria La Zaranda, espacios dedicados a la formación e identidad nacional.
Texto: Prensa IPC
Desde el pasado 8 de agosto, se dio inicio a lo que por tercera vez desde el año 2014, despertó la alegría y tiempo de recreación de los pequeños de la comunidad del 23 de Enero, Caño Amarillo, y todo el eje turístico de El Calvario, en los espacios de la Villa Santa Inés, sede del IPC.
Entre los paseos más destacados realizados de esta actividad estuvo la visita al Panteón Nacional, espacios de PDVSA La Estancia, el Parque Generalísimo Francisco de Miranda, Vivero Grupo Ecológico San Pedro, Centro de la Diversidad Cultural, entre otros. Asimismo, las actividades estuvieron acompañadas de talleres de dibujo, pintura y percusión.
Construir un proceso cultural a través de las tradiciones
El presidente del IPC, Omar Vielma, reflejó el entusiasmo y la importancia de realizar este tipo de actividades, como la manera de construir un proceso cultural a través de las tradiciones y experiencias de los portadores y hacedores patrimoniales, mencionando como ejemplo a Carlos Marrón y Freddy Arévalo, profesores de tambor y cuatro y facilitadores del programa pedagógico.
Resaltó que en el Plan pedagógico del IPC los niños y niñas se divierten con juegos tradicionales y también aprenden a tocar cuatro y maraca, instrumentos típicos del país.
Dijo que este programa debe aplicarse en otras instituciones y colegios, dado que ayudan a impulsar el patrimonio cultural, los valores del pueblo venezolano.
“Este ejercicio se tiene que convertir en la manera de nosotros enseñar los procesos culturales de este país, porque la cosa se tiene que parecer a Venezuela definitivamente”, manifestó.
Llamó a valorar el contenido aprendido en el programa pedagógico, y destacó que las enseñanzas no fueron solo para los niños y niñas sino también para sus padres y demás familiares.
“A nosotros nos toca montarnos en ese autobús y repetir esa experiencia por todas partes”, pidió.
También, reconoció el trabajo del equipo multidisciplinario que se encargó de las actividades y paseos, y como este tipo de cercanía con los pequeños, se puede utilizar como una herramienta de fortalecimiento en la identidad y sentido de pertenencia, por medio del uso de instrumentos musicales tradicionales, donde además mencionó y agradeció a los consentidos de la casa quienes mantienen viva la alegría en las instalaciones de la Villa Santa Inés.
María Gabriela Martínez, funcionaria perteneciente a la Oficina de Puesta en Uso Social del IPC y principal facilitadora de las actividades con los niños de la ludoteca, mencionó la satisfacción y superación de los objetivos de este plan vacacional, dando como referencia la cantidad de participantes entre el año 2014-2016. Agradeció a todas aquellas instituciones que prestaron sus servicios para el desarrollo de las actividades.
Para darle culminación a este programa pedagógico, los participantes le mostraron a la comunidad y a funcionarios del instituto patrimonial, una recopilación de las actividades aprendidas.
Desde los ojos de los niños
Para los consentidos de la casa, el programa pedagógico del IPC representó alegría, diversión y aprendizaje.
“Me gustaron mucho los tambores, y el paseo al Parque Generalísimo Francisco de Miranda, ya que jugamos voleibol y me divertí mucho con mis amigos. El año que viene volveré a participar” manifestó Susej, de 10 años, quién reside en las cercanías de Caño Amarillo.
Para Silvana de 8 años, de la parroquia Catedral, “este fue un plan vacacional excelente. Me gustó mucho pintar e ir al cine y ver el libro de la selva junto a mis amigos”.
A Sounlymar de 11 años, pequeña que vive en la parroquia 23 de Enero, le encantaron “los juegos y aprender a tocar tambor. Mis recreadores y maestras fueron los más divertidos durante todo el plan vacacional. Me gustó mucho estar en los espacios de la Villa Santa Inés”.
“Jugar fútbol, tocar tambor, pintar, cantar fueron mis actividades favoritas. Estoy aquí desde hace dos años, y si lo hacen el año que viene, vuelvo a venir juntos a mis hermanos más pequeños”, expresó con emoción José Angel de 12 años, quién reside en las cercanías de la Villa Santa Inés.