Al son de los tambores y las parrandas venezolanas, la comunidad de la parroquia del 23 de Enero, en Caracas, celebró por todo lo alto el tradicional Velorio de la Cruz de Mayo y el inicio de los repiques de tambores de San Juan Bautista. La actividad cultural, liderada por la agrupación folclórica musical La Patria Buena, arrancó con una procesión por varios espacios de Monte Piedad el sábado cuatro de junio, en la que jóvenes y adultos participaron ondeando coloridas banderas durante el rezo del rosario y la entonación de los cantos.
Texto: Prensa MPPC
Este recorrido culminó en la Casa de la Cultura, sede del conjunto musical. Allí fueron colocados el Santo Madero y la imagen del patrono religioso en un altar repleto de flores, dispuesto para su veneración, ambientado con la interpretación de tradicionales fulías venezolanas.
Avanzada la tarde, bajo la premisa “Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da”, se dio la bienvenida al santo patrono con el ritmo de los tambores, acompañado de bailes y la degustación de sancocho y la popular guarapita.
Estas fiestas religiosas representan una de las manifestaciones más populares y concurridas para la comunidad, ya que se han convertido en un importante espacio de encuentro, unión y compartir para sus habitantes.
Arraigada en los pueblos desde la época de la colonia, para Arturo Rodríguez, director de La Patria Buena, estas tradiciones forman parte de las costumbres heredadas de nuestros orígenes africanos que nos caracterizan como venezolanos.
“Sabemos que venimos de ser una mezcla de sangre africana, europea y la de nuestros aborígenes, por eso este encuentro entre culturas da como resultado el ser venezolano y es lo que estamos defendiendo y rescatando con estas manifestaciones: la identidad popular venezolana”, explicó.
“Esto representa el trabajo que tenían los esclavos y que nosotros hemos continuado de nuestros abuelos y de nuestros padres. Todos los años he asistido a estas fiestas. Es una tradición que no debemos perder. Es una celebración que llama mucho al venezolano”, agregó la señora Priscila Carrero, habitante de la parroquia.
Cultivadores de identidad nacional
Como parte de la jornada cultural, se llevó a cabo el homenaje a lo morochos José y Pedro Noda, jóvenes cultores que han dedicado su vida a la siembra y difusión de nuestra identidad en todo el territorio nacional.
“Creemos bien importante hacerle una declaración de amor y reconocimiento a la gente que ha luchado por la parroquia, por la comunidad y por el país. En este caso, hemos decidido darles un reconocimiento a estos dos jóvenes que son ejemplares por el trabajo que han hecho para mantener viva nuestra cultura”, expresó Arturo Rodríguez.
Destacó que este homenaje sirve, además, de incentivo para los más pequeños, esa generación de relevo que los admira como cultores, bailadores y cantores.
“Desde niños hemos estado haciendo trabajos de investigación sobre la tradición venezolana. Nuestra familia es devota de San Juan Bautista y hemos crecido con un grupo de amigos, que aunque no son de sangre también les digo familia, que por casualidad de la vida son también portadores de nuestro folclore”, comentó José, uno de los agasajados.
“Estoy agradecido por este gran detalle que hace La Patria Buena a los cultores. Yo creo que ese nombre de cultor me queda muy grande, aunque hemos hecho un trabajo de investigación por toda Venezuela para cultivar nuestras raíces, para saber en realidad cuál es la esencia de nuestras manifestaciones, porque creemos que a través de ellas podemos sacar a este país adelante”, agregó.
Para él, estas costumbres son energías positivas para su comunidad, pues asegura que todo el mundo conoce al 23 de Enero como la zona roja de Caracas, “pero nadie tiene la labor de decir, que en este sector se hace cultura para que en nuestros barrios los muchachos tengan otro concepto de vida”.
Por su parte, Pedro destacó la importancia de enaltecer el talento venezolano, pues si bien considera que la llegada de culturas foráneas al país no está mal, primero debe estar la identidad nacional.
“No podemos dejar caer nuestra culturas tradicionales, bien sea en música, en danza, en arte, Venezuela está llena de muchas riquezas culturales y no podemos dejar caer el trabajo de nuestros ancestros, pues gracias a ellos estamos aquí”, puntualizó.
Resistencia cultural
Esta celebración cultural representó la trigésima fiesta del Velorio de la Cruz de Mayo y el repique de tambores de San Juan Bautista que ha realizado La Patria Buena desde su creación en 1986.
Esta agrupación venezolana, declarada Patrimonio Cultural por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) del Ministerio del Poder Popular para la Cultura en 2008, debe su nombre a una significativa expresión del cantor del pueblo, Alí Primera, que resume la lucha, el trabajo, el canto, la poesía, el compromiso y tantos otros valores que definen el amor y el orgullo de ser venezolanos.
“Somos un grupo de resistencia cultural y un grupo que comenzó denunciando los atropellos que se daban aquí en la parroquia por parte de los cuerpos represivos de la Cuarta República. No solamente defendemos la tradición popular sino también a nuestra comunidad”, comentó su fundador, Arturo Rodríguez.
Resaltó que la comunidad del 23 de Enero ha sido una comunidad luchadora y alegre que siempre ha estado presente en todos los acontecimientos políticos que atañen al país. Por ello, manifestó, es un orgullo para la agrupación ser parte de esta parroquia y estar de la mano con cada uno de los habitantes en la defensa del trabajo social y del acervo popular venezolano.
Indicó que entre los principales aportes que ha realizado el conjunto folclórico a su sector ha estado, sin duda alguna, el amor por la Patria a través de la música, el canto y la danza.
“Creemos que sembrar identidad es defensa de la tradición venezolana. Nosotros como agrupación musical le llevamos el canto, la música y danza a escuelas, liceos y a la comunidad en general. Ver a los niños cargando su Cruz de Mayo es ver la siembra del trabajo de la gente de La Patria Buena y de otros cultores que existen en la parroquia”, enfatizó.
Gracias a la Revolución
Para uno de los residentes de esta localidad, Werner Gamarra, el rescate de las fiestas populares y de la cultura venezolana es parte del legado de amor que dejó el comandante eterno Hugo Chávez Frías, a su pueblo.
“La Revolución Bolivariana ha profundizado el tema de la cultura, la querencia por lo nuestro. Hace unos años hubo un desfile en Los Próceres donde estaba el comandante Chávez hablando de nuestras tradiciones culturales. Ahí fue cuando yo me enteré de que existía una gran cantidad de Diablos Danzantes, fue en ese momento que me di cuenta de cuánta ignorancia tenía a nivel cultural y el gran trabajo que estaba haciendo nuestro Presidente por hacernos respetar nuestras tradiciones”, comentó.
En este sentido, el morocho José Noda recordó que antes de la llegada del líder socialista al poder, en las escuelas del país sólo se enseñaba a los niños música clásica y costumbres extrajeras, pues “nadie sabía qué era un tambor, porque el tambor era considerado para los negros”, de manera despectiva.
Pero, “gracias a un señor llamado Hugo Rafael Chávez Frías ahora tenemos la virtud de enseñar lo nuestro, de llegar a cada uno de esos rincones donde no se podían impartir clases. Chávez nos dio el impulso para que los cultores difundiéramos este sentido de pertenencia. Gracias a Chávez y a la Revolución se mantiene esto vivo”, agregó.
la patria vale