La crisis que vive el sistema capitalista y el apoyo que recibe de los medios de comunicación, fue la tesis final que intelectuales nacionales e internacionales concluyeron en el conversatorio ¿Fin del ciclo neoliberal o fin del ciclo progresista? que se llevó a cabo este viernes, 9 de diciembre, en las instalaciones del Teatro Catia en Caracas, como parte del XVI Encuentro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad.
Texto: Prensa MPPC / Fotos: AVN (Juan Carlos La Cruz)
Para la socióloga Maryclen Stelling, Venezuela se encuentra sumida en un cerco mediático impuesto por los medios de comunicación que han impedido que la verdad sobre el país se conozca en otras fronteras y que la verdad de los partidos políticos opositores se imponga.
“El 11, 12 y 13 de abril de 2002 marcó el final de la luna de miel entre el presidente Chávez y la oposición (…) A partir de ese momento, el gobierno no ha sabido derrotar la arremetida comunicacional de los sectores opositores”, afirmó la también coordinadora del Observatorio de Medios de Venezuela.
Dijo que, en la actualidad, la estrategia de los medios tradicionales se basa en difundir mensajes de desesperanza y desmoralización para crear deslegitimación de las ideas socialistas. “A esto se le suma el poder transmediático que tiene que ver con las redes sociales y la información que por ellas se difunden. Por eso el gobierno debe diseñar una estrategia comunicacional firme que muestre los logros de la Revolución Bolivariana y que desmienta las informaciones falsas”, aseveró.
Francisca Cabieses, periodista chilena, exhortó a luchar contra el sistema capitalista desde la batalla de las ideas, “para crear conciencia con mensajes claros y contundentes que estén abiertos al debate”. Resaltó que mientras los defensores de los intereses financieros y materialistas difunden mensajes de odio, los “nuestros deben dar vía a la esperanza y a la libertad”.
Para el escritor cubano Omar González, el mejor ejemplo de toda esta confrontación comunicacional es su país, quien le ha hecho frente a un bloqueo, resultado de los intereses más perversos que cualquier imperio puede promover, con mensajes optimistas.
“Fidel Castro fue esencial en esta situación porque siempre acompañaba sus análisis con una perspectiva optimista, quería que los jóvenes estudiaran, que el desempleo se superara. En fin -las consecuencias del bloqueo- es el precio que hay que pagar para tener dignidad. Hay que resistir y nunca amilanarse”, recomendó.
Para el antropólogo venezolano Mario Sanoja, es necesario hacer énfasis en la organización popular pues, “la fortaleza del pueblo venezolano es muy grande. Por esto le ha sido muy difícil al imperio derrocar al Gobierno Revolucionario”.
Señaló las bases populares como la gran estructura para reforzar las ideas. “Hay un tejido social muy complejo y extenso que refleja el carácter organizativo y la conciencia política que hay ahora. El nivel de comprensión de la realidad y de lo que es el socialismo es muy elevado por eso debemos tratar, siempre, de reforzarlo”, recomendó.
Ejemplo del desastre
Carlos Aznares, periodista argentino, sentenció a la actualidad de su país como un claro ejemplo de lo que no se debe hacer en estos tiempos de luchas sociales. Destacó que desde que el nuevo presidente del país sureño, Mauricio Macri, inició su mandato, los derechos sociales conquistados por el pueblo se han visto vapuleados.
“Se han cercenado los derechos que alcanzamos en los gobiernos kirchneristas con los tarifazos en los servicios básicos; la soberanía se ha visto comprometida con las tres bases militares estadounidense que tenemos (…), han habido más de 200 mil despidos”, enumeró.
Exhortó a los pueblos a seguir luchando contra el capitalismo. “Tenemos que movilizarnos en las calles con las armas del Poder Popular y, en este sentido, Venezuela y Cuba son nuestros referentes principales. Si tocas a Venezuela nos están tocando a todos”, manifestó.
Teoría sobre la guerra económica
La economista venezolana Pascualina Curcio, aclaró que la guerra económica no es un atentado contra la economía de un país sino contra su población. “Es una agresión hacia un pueblo que se utiliza como medio para generar desestabilización política” reflexionó. Dijo que en el caso venezolano, la guerra económica siempre ha sido una figura latente en el acontecer nacional, pues con el paro petrolero del 2002 las agresiones económicas era frontales porque se sabía quiénes eran sus promotores, “pero desde el 2007 comienzan las agresiones encubiertas, no habían rostros”.
Destacó que estas agresiones se producen porque el nuevo sistema político alternativo representa una amenaza para el capitalismo. Informó que esto se manifiesta en tres aspectos: el desabastecimiento programado y selectivo, la inflación inducida y el bloqueo financiero internacional.
“Esta guerra no es novedosa porque ya fue probada en Chile, Nicaragua y Cuba. Estamos ante fuertes agresiones y quienes están detrás son las grandes corporaciones que buscan afectar la cotidianidad de los pueblos”, alertó.
Ecuador sigue los pasos de Venezuela
Desde hace 10 años, Ecuador ha comenzado a transitar el camino hacia la liberación de su pueblo. Carlos Bonilla, coordinador de acción política de Alianza País, el partido de la Revolución Ciudadana que impulsa el presidente Rafael Correa, dijo que la situación actual que atraviesa Venezuela es un proceso común que ya se ha vivido en países como Brasil, Argentina, Uruguay y Honduras.
Dijo que el movimiento que lidera es el logro de las luchas sociales de hace 40 años. “Nosotros empezamos a pensar nuestras ciudadanía, nuestra democracia y nuestra ciudad”, analizó.
Valoró toda esta etapa como una época ganada, “donde hemos luchado para que el ser humano sea más importante que el capitalismo, hemos logrado las bases estructurales de la economía y Venezuela ha sido un referente para lograr esto”.
La necesidad de nuevos sujetos amigos
Héctor Díaz Polanco, ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico en su 11ma edición, destacó la necesidad de incluir nuevos actores que apoyen las transformaciones sociales que se están viviendo en todo el continente latinoamericano. “Los procesos de transformación necesitan una nueva fase que incluye la probable entrada de otros países. En esto es clave, sin dudas, México para darle un nuevo matiz e impulso”, aseveró.
Aseguró que el neoliberalismo llegó a un punto crítico que ha desencadenado desempleos, carencias, marginalidades y desigualdades. “Por eso las posibilidades de que haya un gobierno de izquierda en México son extraordinarias, pero la ola de trasformación depende de que se mantengan los procesos de izquierda en los países latinoamericanos”, afirmó.