El pasado viernes se realizó la segunda jornada del Gabinete de Economía Cultural – Foro Música, impulsado por el Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM) y realizado en el auditorio del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, con el propósito de reconocer, fomentar y promover los potenciales bienes y servicios afines, para incorporarlos a un plan especial de inversión dentro de la industria cultural.
Prensa IAEM (Gustavo Velásquez Mago / Fotos: Javier Gracia)
El Ciclo 1 estuvo dedicado a músicos, intérpretes y compositores, profesionales ligados al mundo de la producción, de las disqueras, estudios de grabación y productores audiovisuales. En esa oportunidad el panel estuvo integrado por José Jesús Gómez, director general del IAEM, quien la presidió; Claudio Amico, presidente del Centro Nacional del Disco (CENDIS); José Ángel Viña, coordinador estratégico de la Fundación Compañía Nacional de Música (FCNM); Esther Marcano, productora de la Feria Internacional de Música de Venezuela (FIMVEN) y Otto Ballaben, director ejecutivo del sello disquero digital Arepa Music.
Por su parte, el Ciclo 2 se focalizó en el sector de los constructores de instrumentos musicales, los representantes de editoriales musicales, de locales nocturnos y salas de conciertos privadas. Repitieron en el panel José Jesús Gómez, director general del IAEM; José Ángel Viña (FCNM) y Esther Marcano, productora de la FIMVEN.
En ambas ocasiones los panelistas generaron inquietudes en temas vitales como la reflexión en torno a la cadena de valores: creación, circulación, difusión y comercialización del bien musical y, en consecuencia, desarrollar industrias en cada renglón que así lo requiera, tal es el caso de los instrumentos musicales y la fabricación de los insumos respectivos dentro del territorio nacional. Otro tanto correspondió a la necesidad de visibilizar al músico como condición indispensable para su internacionalización. Una de las condiciones es sincerar el rol que deben jugar el artista y el Estado ante contingencias como el interés mostrado por los programadores internacionales que asistieron a la FIMVEN 2015.
Se argumentó, por otro lado, sobre el avance de la digitalización de la música y sus ventajas, resaltando el beneficio que les ha traído a músicos venezolanos en el extranjero, sin embargo, la materia originó una interesante discusión en relación a la vigencia o no del disco, tomando en consideración que en Latinoamérica y El Caribe aún prevalece este formato.
Como elemento adicional y sin el cual la consecución de los objetivos planteados no sería posible, se trató muy intensamente la incorporación de otros organismos que igual juegan un papel importante a favor de estos propósitos como son: el Ministerio del PP para la Educación, para la Comunicación e Información, para la Ciencia y Tecnología y para el Turismo, la pequeña y mediana empresa y el transporte público y privado, entre otros. Cada uno de ellos, directa e indirectamente, aporta y/o se beneficia del quehacer cultural.
Estas y otras no menos importantes apreciaciones y propuestas fueron tratadas con sumo interés con miras a la creación de una plataforma a favor de la Economía Cultural, siempre y cuando se alcance un máximo nivel de articulación y compromiso entre las partes involucradas, llámese alianzas interinstitucionales gubernamentales, entre estas y las estadales, regionales y autónomas, entre cada una de ellas y los entes privados, siempre en beneficio del músico, agrupación, luthier, disquera, productora, en fin, todo lo que esté dentro del engranaje de la industria musical.
Entre los convocados surgieron comentarios enriquecedores con interesantes propuestas, destacándose, entre otras, las esbozadas por el maestro Cheo Hurtado; Armando Flores, integrante de las agrupaciones Skaracas Jazz y El Pacto; Eduardo Malavé, miembro de Big Mandrake y coproductor del Festival Skaricuao; Jerry Cabeza “Nenuco”, de Palmeras Kaníbales; la músico y docente de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Ahiryn Yépez y el constructor de instrumentos Willie Mayo.
