Como parte de la gira #VenezuelaSonora, José Alejandro Delgado, Dionicio López y Pancho Montañez pasaron por Moscú. Delgado relata en su blog las vivencias de su gira, que cumple un mes a lo largo del continente europeo.
A Moscú llegamos el 6 de junio a las 8 de la tarde más o menos, tarde le dicen porque hasta las 11 de la noche no se oculta el sol por esta época del año. Espectantes estábamos, con algo de cansancio físico y mental de la agitada gira que cumplía justo un mes de haber comenzado en España. Nos recibió esa esplendorosa ciudad de grandes edificaciones y avenidas. Casi nos ahogamos de tan amplia y tan movida, el tráfico, el techno y el calor por todas partes, como “para bailar mi coreografía”.
Anduvimos entre tanto signo y balbuceo buscándonos a nosotros mismos y es que si algo ha hecho este largo periplo ha sido preguntarnos en cada esquina qué somos hoy, cuál es nuestro emprendimiento como creadores, como pueblo que impulsa una revolución. No podía ser distinto estando en Rusia, parados un ratico en la Plaza Roja, que hoy parece tener el atractivo de los parques de Disney con un centro comercial en frente con las tiendas más caras del mundo. Toma tu foto en la Plaza Roja y compra en el Mall para que se te olvide. ¿Cómo eso llegó hasta ahí?
Aún tendremos muchas cosas que asentar y entender pero por ahí nos movía la marea rusa con sus historias de amor y dolor, de pueblo esplendoroso que dijo lo suyo a su tiempo, que sigue haciéndolo en su propia dinámica, más allá de los bloques que caen y que suben. Por donde quiera que se le mire sigue siendo referencia y parada obligatoria. Eso sí, para mirar con los ojos nuevos de estos tiempos y no con los ojos nostálgicos que castran el porvenir. Es que los ojos nuevos de estos tiempos que decimos no son sino los más viejos, sabios e inmemoriales. Son para ver lo que sirve y lo que no, sin sacralizar nada y poder experimentarlo todo para mejorar la vida.
Tocamos dos veces en Moscú pero el encuentro más importante fue con los músicos y los bailarines del Centro Cultural Latinoamericano Simón Bolívar de la Embajada de Venezuela, quienes en una encerrona tocaron y bailaron para nosotros el resultado de su estudio del repertorio venezolano y latinoamericano. Nosotros respondimos de la misma manera, tocando para ellos. Luego de hablarnos en el lenguaje de la música y la danza pudimos conversar con la ayuda de Kalim y otros amigos que interpretaron Ruso-Español. Nos detuvimos en géneros y canciones, en las maneras de producir la música, de difundirla y de resguardarla. Surgieron preguntas desesperadas que no supimos responder como ¿Por qué no hay fácil acceso por internet a contenidos explicativos de la danza y música tradicionales venezolanas? ¿Cómo hacer para acortar más las distancias entre ambas culturas? Esas mismas preguntas nos las hacemos en nuestro mismo país y nos plantean una acción urgente antes de que esos grupos terminen haciendo danza nacionalista al peor estilo de los certámenes de “belleza” y música venezolana al peor estilo de “Yo me quedo en Venezuela”.
Rodando a Belarús
Rodamos 12 horas en un bus a Minsk (Belarús) y de Minsk a Grodno nos fuimos 4 horas más con la delegación venezolana al Festival Republicano de las Culturas Nacionales. Un evento que dura dos días en el que participan manifestaciones culturales de los 140 países que echaron raíces en Belarús y que a decir del mismo presidente Lukashenko “contribuye a la consolidación de tradiciones de amistad y de cercanía espiritual que unen al pueblo multinacional de Belarús”.
Cada país tiene su patio donde montan la exposición de sus productos culturales (discos, artesanías, material informativo, música, etc). Ahí hicimos una #Juntadera con el violinista Gerardo Estrada Martínez, agregado cultural de la Embajada de Venezuela en Belarús, el cuatrista Nelson González y el mandolinista Eddy Díaz, para tocar repertorio tradicional venezolano que mostrara la diversidad cultural de nuestro país.
¿Qué hace Venezuela ahí entre esos países? Pues, continúa la amistad que nuestros pueblos estrecharon a partir de la relación Chávez-Lukashenko. Dicha relación busca la cooperación política, económica y social. Estos intercambios siempre comprenden el área cultural porque la cultura es lo que somos y es nuestra propia manera de vernos y de relacionarnos.
Para finalizar el 7 de junio nos presentamos en trío, José Alejandro Delgado, Dionisio López y Pancho Montañéz, en la plaza Soviétskaia, con el repertorio musical de la gira #VenezuelaSonora luego de las agrupaciones de varios países como Eslovenia, Letonia, Alemania y Rumania. Al momento del cierre se sumaron en tarima Gerardo, Nelsón y Eddy junto a los bailarines del Centro Cultural Latinoamericano Simón Bolívar de Belarús y los estudiantes de FundAyacucho para cantar a coro la canción “Ven a Venezuela”.
Gran experiencia
Esta experiencia con la gira #VenezuelaSonora nos ha dejado muchas cosas a favor y ninguna en contra. Hasta los errores más grande han dejado grandes lecciones. Hemos podido afianzar redes para el flujo de información sobre nuestros países, hemos podido constatar que la mejor manera de comunicarnos y de decir lo que somos es a partir de nuestras expresiones culturales, ahí no hay pueblo superior a otro y por lo mismo es que se entabla una comunicación clara aunque no hablemos el mismo idioma. Hemos ejercitado nuestro músculo como equipo mínimo de producción itinerante. Nos encontramos gente con enorme voluntad de trabajar por nuestro país y su integración. Pudimos ver algunas deficiencias que tenemos como artistas, como colectivos y como instituciones del estado en la consolidación de políticas de internacionalización de nuestras producciones culturales.
Esperamos que al asentar toda la información podamos seguir replicando nuestra experiencia, extendiéndola a otros colectivos y artistas para que no sea cosa de uno solo y que #VenezuelaSonora sea una forma de difundir y catapultar nuestra visión de mundo que trascienda a las individualidades. Que sea una manera de hacer, dinámica, rebelde, un accionar alimentado por muchos, por todos.
Esta gira ha sido posible gracias al apoyo de ARA Venezuela del IAEM, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores.
Queremos agradecer a nuestros anfitriones y colaboradores en Moscú: Kalim, María Gabriela, a la Embajada de Venezuela en Rusia y al ensamble de danza y música del CCL Simón Bolívar. Y en Belarús: Gerardo, Anastasia, Artem, agrupación de danza Sandra Rodríguez y a la Embajada de Venezuela en Belarús y a los estudiantes de FundAyacucho que nos acompañaron.
Agradecemos especialmente al Ministro Fidel Barbarito, a José Jesús Gómez, a María Alejandra Rivas, a Herye Chirinos, al Cendis y a tod@s ustedes que permanecieron atent@s a nuestra ruta y que replicaron nuestras notas.
Que no se detenga la #VenezuelaSonora
Arte y Magia sean con Nosotros.