Tras la declaratoria de los Diablos Danzantes de Corpus Crhisti como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en diciembre de 2012, se impone una tarea de salvaguarda de esta manifestación, mediante el seguimiento a sus actos de fe y su divulgación, que ha sido asumida por el estatal Centro de la Diversidad Cultural, destacó este lunes el presidente del instituto, Benito Irady.
“Normalmente, cuando se dan esas declaratorias de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), hay que prepaparse para ese nuevo escenario: la salvaguarda, el cuidado de esa manifestación, que no se tergiverse, porque a veces mucha gente quiere participar, divulgar, tomar elementos para construir una obra creativa, y muchas veces hay riesgo de que se modifiquen esos patrones”, explicó, en el programa Contrastes, que transmite Venezolana de Televisión.
También resaltó que a partir de la declaratoria ha habido en Venezuela un estallido de manifestaciones colectivas centenarias que solicitan también ese nivel de reconocimiento.
Irady recordó que la manifestación de los Diablos corresponde al sentimiento de un pueblo y también incluye la lucha por la libertad de los descendientes de esclavos africanos en el país. Apuntó que el Centro cuenta con la colección más importante de documentos sobre los Diablos Danzantes.
“La historia es apasionante. Somos esa mezcla: indoamericana, africana y el fenómeno europeo. Con la Iglesia, llegó la religión católica y la postura de hacer que nuestros indígenas creyeran en un dios distinto al que ellos tenían, y esa suma de elementos convergió de tal forma que distintos grupos, de acuerdo con el calendario gregoniano, hicieron las celebraciones del catolicismo con una manera propia”, señaló el especialista.
De este modo, en la espiritualidad de los Diablos Danzantes, que se conmemoran el Día de Corpus Christi, un festivo cristiano que se establece 60 días después del Domingo de Pascua, va inmersa también la huella de los dioses africanos y las deidades indígenas.
“Se danza por el bien, la paz, la bondad, el equilibrio, la solidaridad y el socorro mutuo; no es la imagen del maligno”, puntualizó Irady.
Los Diablos Danzantes de Corpus Christi constituyen una de las fiestas rituales más arraigadas en el país, que se desarrolla en varios estados, nueve jueves después del Jueves Santo.
Quienes danzan pertenecen casi en su totalidad a hermandades religiosas que cumplen promesas, para lo cual utilizan una característica indumentaria compuesta de máscaras y tocados, así como diversos accesorios que las identifican localmente.
San Juan: integración africana
La celebración de San Juan, que se produce cada 24 de junio, es también una muestra de esa integración cultural, de acuerdo con Irady.
Resaltó que es una de las manifestaciones más difundidas en Venezuela. “Son cientos de organizaciones que se dedican a la celebración de San Juan, no sólo de los estados de la costa central sino en el oriente, sur del país y los llanos”, comentó.
Explicó que esta conmemoración centenaria también implicó una fusión de la creencia africana de los esclavos al celebrar a un santo católico. “La manera de bailarlo, celebrarlo, es una integración de esa imagen a la vida de los descendientes africanos”, apuntó.