La maquinaria de legitimar, por Oscar Sotillo Meneses

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El concepto burgués del arte entiende que la creación humana de intención estética está jerarquizada de un modo que favorece obviamente la estructura burguesa de la sociedad. Esta estructura valora de manera desmedida la obra de arte desde su valor de cambio en un ámbito de mercado restringido. El mecanismo de valoración baila al mismo son de los mecanismos de promoción y difusión que visten a la obra de arte con el vestido impoluto de la distinción. El objeto artístico es signo de estatus, de jerarquía social, de pertenecer a una clase determinada.


Publicado en el Diario VEA

De allí se desprende lo absolutamente necesario de definir (o intentar definir) cuáles objetos clasifican o no como objeto artístico. Para esto es necesario que el objeto se inserte en el mecanismo de valoración burguesa de manera plena. Cuando los objetos no son los depositarios en sí mismo de los valores estéticos burgueses, existen una serie de mecanismos legitimadores que se encargan de ajustar su significado en la imaginería del grupo social dominante para que sea ungido y pase a formar parte del universo legitimado.

Haciendo una visión retrospectiva vemos como ese universo de objetos legitimados ha cambiado significativamente de forma. Hoy, en muchos casos el valor estético o artístico no reside en el objeto físico, sino en sus relaciones con el sistema que lo ampara. Si entendemos que hay objetos legitimados, debemos entender también que existe un universo de objetos no legitimados por los mecanismos. Es necesario decir que no solo los objetos son legitimados, sino también los procedimientos, los ámbitos de análisis, las palabras, y un sin número de elementos que contextualizan al objeto en su naturaleza material.

Las fronteras de lo legitimado y lo no legitimado son una extensión caprichosa marcada por los intereses más variopintos. En esa frontera se dan las batallas más cruentas y más originales. De allí nacen constantemente las brújulas y los nuevos mapas, las nuevas extensiones y caminos por donde transita eso que hemos dado en llamar arte. Este mecanismo no se detiene nunca, es dinámico y a cada momento salta ante nuestros ojos, ante nuestra sensibilidad. Hay que estar atentos.

Publicado por Luigino Bracci
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