Este domingo se cumplen tres años de la siembra de Carlos Escarrá Malavé, militante revolucionario, activo defensor del socialismo y de la participación protagónica del poder popular. El abogado de la Revolución, como es conocido en el pueblo, nació el 26 de noviembre de 1957. Fue doctor en Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y magíster en Derecho Administrativo e Historia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), especialista en Derecho Administrativo por la UCAB y Politólogo de la UCV. Al momento de su siembra, el 25 de enero de 2012, a los 54 años cumplía funciones como Procurador General de la República.
Formó parte del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200, militó por 25 años en el Partido Comunista de Venezuela; fue diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela y también fue magistrado del Tribunal Supremo de Justicia.
En su trabajo legislativo como diputado ante la Asamblea Nacional (AN) durante dos períodos electo por el estado Aragua, fue clave en la elaboración de normas como la Ley de Consejos Comunales, la Ley del Consejo Federal de Gobierno, la Ley de Jurisdicción Contencioso Administrativo, así como la Reforma de la Ley del Tribunal Supremo de Justicia.
En su honor fue creada la Escuela de Formación Integral Carlos Escarrá Malave (Eficem), la cual funciona en la AN desde el 25 de julio de 2012 formando al pueblo en legislación, técnica parlamentaria y organización del poder popular. En su homenaje también se han publicado los títulos Sociedad, Derecho y Justicia: Bases para el Estado Socialista y Bases Políticas y Jurídicas del Poder Popular, textos que contienen parte de su pensamiento político.
En enero de 2013, y como parte de un homenaje por el primer aniversario de su desaparición física, fue presentado en la AN su libro Consideraciones libres sobre el Socialismo Bolivariano, texto editado por la Eficem. “Era un soñador, militante de la esperanza que creía en el proceso revolucionario. Él hablaba de la transformación de la patria, del empoderamiento del pueblo y de lo que es realmente el poder popular, en el cual insistió durante toda su vida”. Así definió Carolina Escarrá a su padre.
“Hablaba de la esperanza como un eje de trabajo que está en el pueblo y de la ejecutoria de gobierno, ya que estamos llamados a hacer cada vez más eficientes”, expuso.
La noche del 25 de enero de 2012, los restos mortales de Carlos Escarrá llegaron al Palacio Federal Legislativo, en Caracas, para ser velados en capilla ardiente. Al acto velatorio de asistieron diputados, representantes del Gobierno, y poder popular. También lo hizo el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien ante el féretro expresó “Los militantes de la vida nunca moriremos”.
En esa oportunidad, Chávez calificó a Escarrá como un “gran soldado del pueblo, entregado por entero a la batalla, a la Revolución; un soldado de la Ley, soldado constituyente, soldado de la patria nueva. Nosotros seguiremos con él en la batalla”.
Dígnate, adorable Salvador mío, por tu preciosa Sangre, por tu dolorosa Pasión y cruelísima muerte; por los tormentos que tu augusta Madre sufrió al pies de la cruz cuando te vio exhalar el último aliento; agráciate en dirigir una mirada de piedad al seno profundo del Purgatorio y sacar de allí las almas que gimen privadas temporalmente de tu vista, y que suspiran por el instante de reunirse contigo en el paraíso celestial. Principalmente te pido por el alma de CARLOS ESCARRÁ MALAVÉ, y de aquellos que por quienes más particularmente debo pedir. No desoigas, Señor mis ruegos, que uno a l