Del lobo al poodle: ¿Cómo domesticamos a los perros prehistóricos?

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Foto: Shutterstock/CebotariN

¿Cómo obtienes un caniche a partir de un lobo? La respuestas más completa a esta pregunta es que nadie lo sabe con certeza. El mejor amigo del hombre lleva en nuestras vidas, la de nuestra especie, varios miles de años. Casi demasiado tiempo. Pero eso no quiere decir que no tengamos buenas hipótesis y pruebas que nos indican, con bastante precisión, cuándo comenzamos a convivir los unos con los otros, beneficiándonos de la compañía mutua. Esto es lo que sabemos sobre la domesticación del perro y sus ancestros.


Texto: Hipertextual (Santiago Campillo)

El lobo ancestral

Existen evidencias fósiles que apuntan a que la relación entre los antepasados de los perros y los humanos se remontan a hace 100.000 años atrás. No obstante, lo que sí que dicen las evidencias científicas sin lugar a dudas es que los perros ya estaban cerca de nosotros hace unos veinte o treinta mil años. Pero, ¿qué ocurrió en todo ese tiempo? Las pruebas genéticas han demostrado que el perro, o Canis lupus familiaris es una subespecie del lobo, Canis lupus. De hecho, estos estudios nos hacen sospechar que todos los perros y lobos provienen de un mismo antepasado, el lobo gris. En concreto de una población que, con casi toda seguridad, vivía en Europa y desapareció tiempo atrás. Sin embargo, no está del todo claro y el debate todavía se levanta en torno a si el perro fue domesticado en varios puntos distantes entre sí por el tiempo y el espacio. Lo que queda claro, en una y otra hipótesis, es que hubo un lobo ancestral que originó a los lobos y perros actuales.

El perro que comía hierba

Es difícil entender cómo empezó la relación que nos llevó a la domesticación. Con casi toda probabilidad el lobo se acercó a los asentamientos primitivos en busca de restos de comida. Con el tiempo, este acercamiento le proporcionó cierta seguridad. No sabemos cómo ni cuándo ocurrió, pero en un momento dado, el lobo ancestral comenzó a defender al grupo al que seguía por los beneficios que le aportaba. Más adelante, quién sabe cómo, se introdujo (por su insistencia o por la acción del ser humano) dentro de la propia tribu. Existen pruebas de que esto ocurrió antes, incluso, de que el ser humano comenzara a asentarse y cultivar.

Probablemente este hecho fue crucial en la domesticación de los perros. Hace unos años se hallaron dos cachorros de apenas tres meses congelados en un antiguo yacimiento de mamuts. Su edad ronda los doce mil años o más. Son los conocidos como “perros de Tumat“, procedentes del norte de Rusia. Su estado de conservación es extraordinario. Tanto, que cuando los investigadores diseccionaron los cuerpos se encontraron todo tipo de información. Entre otras cosas, restos de hierbas en el estómago de uno de los cachorros. ¿Había comenzado ya el paso a una dieta más amplia y omnívora o, sencillamente, el cachorro había comenzado a comer hierba por otra razón?

Otro reciente estudio ayuda a aclarar qué ocurrió con los perros ancestrales durante el desarrollo de la agricultura. El estudio genético muestra como la especie comenzó a cambiar. Las “herramientas” metabólicas y moleculares que ayudan al procesamiento del almidón y otra materia vegetal fueron seleccionando a los animales. Esto se traduce en que, en un momento dado, la proximidad del ser humano ayudó a que los perros ancestrales se acostumbraran a comer restos y azúcares vegetales, alejados de las dietas ricas en proteínas propias de otros carnívoros. Este proceso es clave en el proceso de domesticación.

El mejor amigo del hombre

Hagamos un pequeño resumen. En un momento, hace varias decenas de miles de años, puede que más, un lobo ancestral se acercó a las tribus de cazadores buscando desperdicios. Con el tiempo, la especie fue asociándose paulatinamente a la vida de la tribu. Quién sabe si el acercamiento fue por una de las dos partes o mutuo, pero, poco a poco, el lobo comenzó a realizar funciones dentro de la tribu homínida.

Esto impulsó los cambios en la dieta del animal que fue cambiando, a su vez, su aspecto. Poco a poco, el lobo se convirtió en un perro ancestral. Tiempo después llegó la domesticación, propiamente dicha, donde el humano y el perro interactúan de forma consciente. Mucho tiempo después llegó, entonces, la selección de las más de 800 razas que existen a día de hoy. Y todas provenientes de un lobo.

Viajar con mascotas

Un gran estudio genético mostraba hace unos años que, probablemente, el origen inicial de los perros se centrase en Europa, en vez de Asia, como se pensaba algo de tiempo atrás. No obstante, aunque la genética parece dejar cada vez más claros los orígenes de los perros y su domesticación, hay una cuestión que todavía no conseguimos desvelar y que pone en duda algunos puntos del análisis genético.

¿Se ha dado la domesticación varias veces (y de forma inconexa) en nuestra historia? Conocemos, por los restos, que el perro ha estado presente en casi todas las culturas conocidas del mundo. Inclusive algunas desconectadas entre sí por milenios. Sin embargo, el mejor amigo del hombre ya estaba allí antes de que nos “redescubriéramos”. Todavía queda mucho por estudiar. Eso sí, ya nos falta menos, mucho menos, para entender cómo un chihuahua, un san bernardo y un pastor alemán pueden tener un mismo ancestro.

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