Adán Chávez: No hay ruptura institucional en Venezuela

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Foto: Víctor Camacho

Entrevistado por Blanche Petrich para el diario mexicano La Jornada,  el actual ministro de Cultura del gobierno bolivariano insiste en que la institucionalidad democrática de Venezuela, si bien en crisis, no se ha quebrado. Luchan para que “se respete el modelo de democracia que nos hemos dado de manera soberana. Es una cuestión de soberanía y autodeterminación”. Desmenuzó los “falsos supuestos” que sostienen la andanada diplomática contra Venezuela.

Texto: Blanche Petrich para La Jornada

Ciudad de México. Como representante de la política exterior del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, Adán Chávez ―hermano mayor del difunto presidente Hugo Chávez Frías― afirma “estar seguro” de que el grupo de gobiernos americanos que promueven la aplicación de la Carta Democrática para el gobierno de Nicolás Maduro “no van a alcanzar la mayoría; no lo van a lograr”.

En entrevista con La Jornada, sostiene también que muchos de los 18 países promotores de un debate encaminado a la invocación de dicho instrumento interamericano, encabezados por México, “están confundiendo” lo que es una crisis interna y una ruptura del hilo institucional en su país. “Esto no existe”, asegura.

Este martes el Consejo Permanente de la OEA sesionó para debatir específicamente el caso venezolano. Ahí se planteaba presentar una carta, en cuya promoción participó el canciller mexicano Luis Videgaray, que insta al gobierno chavista a respetar el calendario electoral y la independencia de los poderes, a levantar la sanción de desacato a la Asamblea Nacional y a liberar a lo que llaman “presos políticos”.

El secretario general de la OEA Luis Almagro pretende que este sea el primer paso para la invocación de la Carta Democrática, que llevaría al final de un proceso a la suspensión de Venezuela de la OEA. El único antecedente es la expulsión de Cuba del organismo en 1962. Esta medida aún no cuenta con los votos suficientes, ya que requiere la aprobación de dos terceras partes de los miembros de la OEA (actualmente con 35 Estados) pero la aprobación de la carta de “de los 14”―que ya son 18― solo requiere de mayoría simple. Con los 18 adherentes se alcanza esa resolución (Nota de Alba Ciudad: Finalmente, el martes pasado el Consejo Permanente no logró ni siquiera la aprobación de la mencionada “carta de los 14”, ni la activación de la carta democrática).

Actual ministro de Cultura del gobierno bolivariano, Chávez Frías insiste en que la institucionalidad democrática de Venezuela, si bien en crisis, no se ha quebrado. “El fondo en sí se respeta o no el modelo de democracia que nos hemos dado de manera soberana. Es una cuestión de soberanía y autodeterminación”.

Desmenuzó los “falsos supuestos” que sostienen la andanada diplomática contra Venezuela.

Primero, sostiene, es el secretario general el primero en querer romper el marco legal de la OEA: “La Carta solo se puede aplicar si el país que se siente vulnerado por la ruptura institucional y la invoca. O si otros países consideran que debe ser invocada, pero el llamado es avalado por el país afectado”.

Luego, describe lo que llama “premisas falsas”. Una, la existencia de presos políticos en Venezuela: “No hay presos políticos sino politiqueros que fueron sometidos a proceso, no por ser militantes de la derecha, sino porque se les demostró que delinquieron por el poder judicial sin presión alguna. La gente que condena la existencia de presos políticos en Venezuela olvida que también hay otros, que proceden de las filas del chavismo, a quienes se les encontró culpables de corrupción”.

–Otro argumento asegura que su gobierno no ha permitido la verdadera independencia entre los poderes del Estado.

–Uno sería el Tribunal Supremo de Justicia. Lo dicen porque declaró a la Asamblea Nacional en desacato al comprobar que tres diputados que se incorporaron, del estado de Amazonas, obtuvieron sus escaños fraudulentamente. Se presentaron las pruebas. La mayoría en la Asamblea, de oposición, se negó a destituirlos.

“El otro caso es del Consejo Nacional electoral, que está elaborando un nuevo cronograma para los comicios. Algunos procesos fueron suspendidos el año pasado, entre ellos el referéndum revocatorio. El Consejo demostró que la oposición cometió fraude electoral con la presentación de miles de las famosas firmas chimbas, es decir, suplantadas o falsas.

“El modelo de democracia venezolano va más allá de la simple posibilidad de la ciudadanía de ir cada cuatro o seis años a las urnas. Y más nada. Tenemos la figura del referéndum revocatorio, en la que Hugo Chávez se empeñó. Esto nos ha permitido en 20 años tener 18 procesos electorales. Pero esto es algo muy diferente a hacer elecciones los próximos meses por qué al señor Almagro se le ocurrió”.

–¿Dice usted, entonces, que hay un escenario de crisis, que no necesariamente es de ruptura institucional?

–Por supuesto. Pero son problemas originados por la oposición que, también hay que decirlo, está dividida. Y hay todo un sector de la oposición que simplemente obedece a los mandatos de Estados Unidos. Pero también hay una crisis económica que se ha impuesto desde afuera como un guión intervencionista para generar inconformidad. Además de los efectos de la crisis del petróleo, que bajó en su peor momento el precio del barril de 80 dólares a 20.

–Con el tema del desabasto sí se logró proyectar la idea de que el pueblo venezolano se muere de hambre, porque escasez de alimentos es una realidad.

–Así es, sobre todo entre marzo agosto del año pasado. Aunque nadie habla de las medidas que se tomaron para resolver el suministro de los productos de primera necesidad. Esto está prácticamente resuelto. Falta todavía normalizar el ritmo de la importación de alimentos porque algunas empresas, por ejemplo las navieras, también participan del boicot y no cumplen con las fechas acordadas.

–¿Cómo se logró este abastecimiento de qué habla usted?

–Cuando el presidente Nicolás Maduro tomó la determinación de que fuera el propio gobierno quien dirija y concrete las importaciones de alimentos. Se crearon los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que venden a precios populares a la población los productos.

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