Esta noticia fue publicada hace mucho tiempo
Usted está leyendo una publicación de nuestros archivos de noticias, hecha hace 8 años. Cerciórece siempre de la fecha de publicación de una noticia y no permita que personas inescrupulosas la hagan pasar como actual.
John Petrizzelli
Desde el pasado viernes 15 de mayo la película “Tí@s”, de John Petrizzelli, se encuentra en las carteleras de cine de varias ciudades del país. El documental, que retrata las historias de vida de un grupo de adultos mayores gays de Caracas, aborda por primera vez en la gran pantalla venezolana esa dupla de temas, ambos tabú: la vejez y las sexualidades alternativas. La obra reflexiona alrededor del tratamiento que la sociedad venezolana le ha dado a las personas sexodiversas, tanto desde lo público e institucional, como desde lo privado y familiar. Asimismo, muestra la realidad de los LGBTI durante su vejez, esto narrado por los propios protagonistas, así como por sus sobrinos, amigos y allegados.
Es entonces cuando se articulan las historias de un tí@ que vive de coser y que ama asistir a fiestas llaneras; de un tí@ que da clases de baile y que se transforma en Celia Cruz cuando se lo permite su jornada vendiendo productos de una empresa trasnacional; de un tí@ que recuerda su época como productor del show de Renny Ottolina y que decide dar su última presentación como travesti para las cámaras de esta película; de un tí@ poeta que lucha contra la soledad y contra su enfermedad metal; de un tí@ peluquero que trata de mantenerse a la vanguardia de su oficio o de un tí@ abogado que disfruta de una vida tranquila personal y profesionalmente.
“Hablan sobre su vida, de mucha lucha contra la homofobia en décadas pasadas, cuando existían leyes que penalizaban la homosexualidad indirectamente como la Ley de Vagos y Maleantes. Sufrieron mucho palo, sobre todo los más pobres, de parte de la policía y de los cuerpos de represión, fueron hostigados. Y en general los de las clases más pudientes también sufrían de la homofobia familiar y de la represión de la propia familia”, explicó Petrizzelli durante el estreno de la obra.
El documentalista relató que el filme surgió inspirado en su propio tío, Ramón Font-Carrera, quien fue apartado de la familia por ser gay, pero que Petrizzelli buscó y protegió durante su vejez.
“Yo hablo de él, y otros sobrinos hablan de sus tíos y de la relación que tuvieron con ellos, buenas o malas. Algunos no los quieren, otros sí. Los tíos que no tenían sobrinos o que los sobrinos no quisieron hablar, esos tíos quedaron hablando por ellos mismos”, dijo.
Petrizzelli valoró los avances que a lo largo del tiempo se han dado en la sociedad venezolana para el reconocimiento de la sociedad sexodiversa, sin embargo, consideró que no son nada comparado con el camino que aún falta por andar.
“De la investigación te puedo decir que la situación a nivel legal ha mejorado. Lo que sigue sucediendo es que hay mucha matraca y mucha honmofobia generalizada en la sociedad. Ha habido un avance, ya a la gente no la pueden llevar a El Dorado por ser travesti, pero falta mucho todavía por conquistar”, dijo.
Sobre la selección de los personajes que aparecen en la película, Ricardo Hung, Director de Alianza Lamda de Venezuela e investigador del documental, apuntó que en primera instancia se preseleccionaron alrededor tí@s en todo el país
“Ubicamos alrededor de 117 tí@s a nivel nacional; tíos y tías, gays, lesbianas, bisexuales, travestis, trans masculinos y femeninos y hasta abuelos intersexuales. La investigación consistió en hacerles todo un perfil, en entrar en sus historias de vida, en sus historias de lucha, de distintos rangos educativos, de distintos niveles socioculturales, para que ellos se abireran a dar toda esa información personal maravillosa a las cámaras y al pueblo venezolano”, aseveró.
Sobre la obra, Hung destacó: “Es una película que va más allá de la diversidad sexual, va directamente hacia todo lo que tiene que ver con la demolición de estigmas, por ejemplo, el estigma del adulto mayor, de la senectud, la tolerancia familiar; otro tiene que ver exclusivamente con el estigma de la sexualidad en el adulto mayor, los derechos afectivos, las necesidades de afecto, de vivir en soledad o de tener una pareja y un proyecto de vida como pareja, y el último tabú que se demuele aquí -o al menos se da a conocer- son las diversas orientaciones sexuales e identidades de género que pueden estar presentes en los adultos mayores. Una cosa que refleja la lucha contra el machismo, contra la herencia patriarcal y homofóbica que traversaliza todo el pensamiento latinoamericano y que está muy presente en Venezuela todavía”.