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Este 28 de marzo, en los espacios de la Casa de la Juventud Robert Serra, ubicada en Puerta Caracas, La Pastora, se llevó a cabo una gran Toma Cultural en rechazo a la injerencia estadounidense contra Venezuela. La actividad también sirvió para propiciar el encuentro de jóvenes, niños y adultos mayores con múltiples expresiones de la cultura de nuestro país. A la cita asistieron alrededor de 300 personas, quienes disfrutaron de diversas actividades durante todo el día. Además, en las inmediaciones de la Casa de la Juventud, se recuperaron algunas paredes con murales y grafitis alusivos a la cultura nacional.
Prensa MPPC (Javier Bastardo / Fotos: Gustavo Lagarde)
Títeres, cuenta cuentos, dibujos, serigrafía, juegos y mucha diversión pudieron disfrutar niñas y niños asistentes a este gran encuentro celebrado en una de las parroquias más emblemáticas de la capital venezolana.
Y es que si algo tiene la comunidad pastoreña es arraigo por su parroquia, orgullo de haber nacido, crecido y de vivir hoy día allí. Por ello, una de las actividades más importantes de esta jornada fue el conversatorio llamado: “Memoria Histórica de La Pastora”. El conversatorio, auspiciado por algunos vecinos del sector, ofreció un cúmulo de anécdotas y datos interesantísimos del lugar, permitió actualizar la memoria histórica local y conversar entre comunes acerca de su importancia.
Esta Toma Cultural implicó un gran trabajo de articulación, pues todas las actividades que se ofrecieron fueron totalmente gratuitas, demostrando que cuando hay un objetivo común es posible lograrlo con el esfuerzo colectivo. Además, permitió el afianzamiento de la conciencia y el sentido de pertenencia con este espacio, recuperado por la Revolución Bolivariana.
Los más pequeños aprovecharon las bondades de la Casa, pues pudieron disfrutar de espacios y libros para su edad. También de la participación del Movimiento Escénico Urbano, de la mano de “El Mimo” –conocido artista de las calles caraqueñas–. Con una versión mejorada de la bíblica historia de Adán y Eva logró cautivar a niñas y niños, mientras les enseñaba una vía crítica a la interpretación de ese mito.
También el evento estuvo acompañado de buena música, de la mano de Honta, Mañe, Dj Gwiro y Yeko, todos son parte de la movida musical y cultural de la ciudad de Caracas.
Durante la actividad estuvo dispuesto un mercado de diseño, en el que varios creadores, artesanos, diseñadores y artistas de Caracas ofrecieron distintas mercancías. Desde comida vegetariana hasta donas, así como chapas, manteca de cacao, bufandas tejidas y muchos productos más formaron parte de este espacio de ventas de producciones venezolanas.
La tarde fue avanzando, y las actividades no paraban. El grupo de capoeira Senzala brindó a los asistentes una demostración de esta forma de lucha afrobrasileña, que llega a nuestros días remontando la historia desde que llegaron los colonizadores al continente, junto con las herencias del pueblo africano de Brasil.
Quienes presenciaron la demostración quedaron estupefactos, pues muchas veces se confunde la capoeira con baile, olvidando las raíces subversivas y de resistencia de este arte, enclavada en el ansia de libertad de los africanos esclavizados en esta tierra. Por eso, la capoeira es una forma de lucha que conserva viva la memoria de resistencia de los pueblos de Nuestra América.
Los Movimientos Emergentes apoyando la Toma Cultural
En la actividad tuvieron una especial participación los Movimientos Emergentes de la cultura venezolana. Estos distintos Movimientos han convocado a diversos cultores populares que hacen vida en áreas que tradicionalmente habían sido desatendidas, como la fotografía, el arte corporal, el hip hop, el muralismo, la ilustración, entre otras.
“Casi siempre se les ve como una expresión delincuencial, criminal. Más allá de la estética rebelde, hay una asociación que se hace con el mundo del crimen y la violencia. Desde muchos lugares se les estigmatiza, pero son todas opiniones desvinculadas del terreno. El prejuicio viene dado históricamente por el miedo”, expresó Reinaldo Iturriza, ministro del Poder Popular para la Cultura, quien disfrutó de la actividad.
“No solamente los ves todo el tiempo, sino que te reconoces en esas estéticas, te reconoces en ellos, por su manera de pensar, por sus costumbres. Terminan siendo los Movimientos Emergentes expresiones de cultura de nuestro país”, aseveró Iturriza.
Y aunque tienen sus singularidades y, en muchos casos, están mediados por lo urbano, hacen una lectura muy específica de la dinámica de la calle: transforman la manera de concebir las costumbres del espacio urbano, y cambian el significado de la violencia y el “malandreo”. De ahí su fuerza, su capacidad de irrumpir en las estructuras culturales ya dispuestas para enriquecerlas.
Gracias al trabajo colectivo bien articulado se desarrollan de manera exitosa espacios de encuentro, como el de la Toma Cultural de la Casa de la Juventud Robert Serra, en los que estos Movimientos pueden conseguirse y compartir con las comunidades su potencial como expresión de la cultura venezolana –desde un nuevo significado mucho más amplio e inclusivo–, y que gracias a la Revolución Bolivariana alcanza cada día a más personas, sumando voluntades a la construcción de la utopía posible de un mundo mejor, más humano.
