Esta noticia fue publicada hace mucho tiempo
Usted está leyendo una publicación de nuestros archivos de noticias, hecha hace 9 años. Cerciórece siempre de la fecha de publicación de una noticia y no permita que personas inescrupulosas la hagan pasar como actual.
El pasado lunes, el programa de televisión Zurda Konducta del canal público estatal Venezolana de Televisión, transmitió un corto video del político venezolano Diego Arria, portando lentes oscuros y bailando en un autobús, con música de fondo amenizando la situación. Un video bastante gracioso sobre un personaje político venezolano, que no tiene nada de distinto a los cientos de videos que están en la red parodiando a cualquier líder del chavismo o la oposición. Sin embargo, recibimos un correo electrónico de la empresa Youtube el pasado martes en la tarde, informando que teníamos 48 horas para eliminar el video por supuestas “violaciones a la privacidad” de la persona allí señalada.
Arria, quien está implicado en un plan de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, es una conocida personalidad pública en Venezuela; fue diputado en 1973, luego fue gobernador del Distrito Federal y ministro durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez en 1977.
En 2012 fue precandidato presidencial por la oposición venezolana, compitiendo contra María Corina Machado, Henrique Capriles, Pablo Pérez y otros representantes de la derecha política de nuestro país, llegando de penúltimo con 1,3 por ciento de los votos. Sin embargo, recibió mucha promoción en las pantallas de los medios venezolanos, participó en todos los debates y nadie puede decir que Arria sea una persona desconocida en Venezuela.
Además, el gobierno venezolano mostró evidencias hace pocos días que comprometerían a Arria y otros políticos opositores en un plan para atentar contra la vida del Presidente Nicolás Maduro y otros políticos del gobierno venezolano. Este miércoles, la Fiscal General venezolana, Luisa Ortega Díaz, informó que se solicitó su aprehensión ante la Interpol.
Esta es la carta que envió el personal de soporte del portal Youtube, perteneciente a la transnacional Google, dando 48 horas para borrar el video.
Al revisar la página de reclamaciones de privacidad de Youtube, es posible notar que, si bien dicha empresa no informa quien hizo el reclamo, éste sólo pudo ser hecho por el propio Diego Arria o sus representantes legales; Youtube afirma que no permite a terceros formular reclamos a nombre de alguien.
Además, Youtube asegura tomar en cuenta “el interés público, el interés periodístico y el consentimiento al determinar si se debe eliminar el contenido debido a una infracción de privacidad”. Sin embargo, YouTube también indica que dicha empresa, propiedad de Google, “se reserva el derecho de tomar la decisión final sobre si se ha producido una infracción de las instrucciones sobre reclamaciones de privacidad”.
Finalmente, decidimos borrar el video de Youtube para evitar que la cuenta fuera penalizada.
La orden de eliminar este video muestra la poca tolerancia de un personaje que aspira ser Presidente de la República de Venezuela. El gobierno bolivariano, que ha sido acusado reiteradamente de censurar el Internet y limitar la libertad de expresión en el país, jamás ha solicitado a Youtube borrar algún video, a pesar de que pueden hallarse en Youtube cientos de materiales extremadamente humillantes e incluso algunos que violan la legislación venezolana; hay videos con manipulaciones y difamaciones atroces, y otros instigando a asesinar a Hugo Chávez cuando era Presidente, o a Nicolás Maduro en la actualidad.
Pero la supresión del mismo plantea un precedente delicado que tiene mucho que ver con la libertad de expresión. ¿Qué impide que los abogados de María Corina Machado, Henrique Capriles, Leopoldo López o cualquier otro político de la derecha venezolana comiencen también a escribir a Youtube exigiendo que se borre cualquier video donde alguien se burle de ellos, o donde hayan quedado mal parados? Por otro lado: ¿Qué pasaría en un universo paralelo donde Diego Arria fuese el Presidente de Venezuela? ¿Tendremos sus opositores la misma posibilidad de contrariarlo, debatir sus ideas o usar el humor político en su contra, tal y como la oposición venezolana ha tenido todas las posibilidades de insultar y burlarse de Chávez, Maduro y otras figuras políticas de la izquierda venezolana?