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Bajo la custodia de la Diablada de Yare y al son de la caja y las maracas, el pasado miércoles 12 de marzo, los cofrades mirandinos dieron el último adiós a Petra Rafaela González, quien fue por más de 36 años la Primera Capataz de la Cofradía de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de esta localidad. El pueblo de San Francisco colmó la iglesia para rendirle homenaje a Petra, quien luego fue trasladada a la Casa de los Diablos donde comenzaron las danzas. Entre tantos homenajes que recibió esta cultora popular, el presidente del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), Omar Vielma Osuna, entregó la Providencia Administrativa N° 009/2014, la cual ordenó publicarla en Gaceta Oficial.
Texto: Prensa IPC“Más que anuncios, providencias o cualquier otro reconocimiento post mortem que se le pueda dar a nuestra querida cultura, debemos reconocer el trabajo que ella hizo en cada uno de ustedes para proteger y preservar esta tradición cultural y religiosa; además que fue una escuela de vida y seguirá siendo un referente para todos”, expresó.
Asimismo, Vielma comentó que en conversaciones con el ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito y el alcalde del municipio Simón Bolívar, Saul Yánez, se acordó apoyar al único hijo que tuvo Petra, quien presenta discapacidades motoras y cuenta con 81 años de edad.
“Desde el ministerio vamos a hacernos responsables y vamos cooperar con el alcalde Yánez quien también es promesero de los Diablos de Yare y siempre ha estado presto a brindar el apoyo necesario a cada uno de los cofrades”, destacó.
Es importante recordar que Petra Rafaela González está inscrita en el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolano, mediante el cual ostenta la cualidad de Bien de Interés Cultural bajo la categoría ‘Creación Individual’.
Petra quien falleció el pasado martes en horas de la madrugada, nació el 24 de octubre de 1915 y participó de manera constante en la realización de los tambores de San Juan y los Velorios de Cruz de Mayo por más de 50 años.
La Primera Capataz partió físicamente a la eternidad para seguir venerando al Santísimo Sacramento del Altar pero vive entre cada uno de los cofrades que tanto amor le dieron y que ella retribuyó.
